Fósiles vivientes: Escorpión [II]

(Continuación) Pero las distintas especies que forman las grandes familias, que en la anterior entrega les hablaba -peces, insectos, anfibios, reptiles, mamíferos y aves-, no fueron siempre iguales.

La evolución por selección natural las fue transformando con el tiempo, haciendo prosperar a unas y extinguirse a otras.

Un proceso evolutivo que puede ocurrir de dos formas.

Con gran rapidez, a causa de una catástrofe a escala planetaria. No es la más frecuente.

De la última que tenemos noticia, ocurrió hace sesenta y cinco millones (65 000 000) de años, a finales del Cretácico.

Tuvo lugar una extinción masiva que acabó con el setenta y seis por ciento (76 %) de las formas de vida que existían en el planeta. Lo que, a qué dudar, aceleró el proceso evolutivo.

La hipótesis más verosímil pasa porque, la catástrofe, fue provocada por la caída de un gran meteorito sobre la península de Yucatán, en el actual México. Ya volveremos sobre este sucedido.

Con gran rapidez o con mucha lentitud. Que es la segunda de las formas en producirse un proceso evolutivo y la más generalizada. En este caso, las mutaciones que experimentan los organismos vivos, de una generación a la siguiente, son mínimas.

De modo que tienen que pasar cientos de miles, incluso millones de años, antes de que sea posible apreciar diferencias significativas en las nuevas formas de vida. Hay un tiempo para todo.

Unas diferencias que los especialistas detectan a través de los fósiles inanimados que van descubriendo en sus excavaciones.

Sin embargo, ya lo hemos hablado, existen animales que no cambian en absoluto. Son auténticos fósiles vivientes. El motivo de esta serie de entregas, sobre los animales más antiguos que existen.

Y de la que, el primero que les traje fue el celacanto. Bueno pues hoy le toca al escorpión.

Escorpión 

Es un arácnido cuyo antepasado, el escorpión de agua o euriptérido, vivió hace trescientos cincuenta millones (350 000 000) de años, o sea que proviene del Devónico o del Carbónico Inferior.

Desde entonces sus más de mil trescientas (1300) especies pueblan todo el planeta.

Con un tamaño va desde los doce milímetros (12 mm) a los ciento ochenta milímetros (180 mm), es tan resistente que no le afecta la radiactividad. Se estima que podría sobrevivir a un holocausto nuclear.

Viven por todo el planeta, excepto la Antártida y Groenlandia. (Continuará)