martes, 21 de agosto de 2012

Fósiles vivientes: Dragón de Komodo [y V]


(Continuación) Y siguiendo este pequeño listado de animales olvidados por la evolución, hay un detalle importante que aún no les he comentado: la razón de que no hayan cambiado, a lo largo de tantos millones de años de existencia. Un asunto que no es menor.

A mi entender son dos las razones de que conserven las mismas características que les distinguían mucho tiempo atrás, hace decenas de millones de años. Dos estrategias de supervivencia diferentes.

La primera es porque han mostrado una gran resistencia al medio, se han adaptado a él. Un proceso que no todos consiguen. Dicho de otro modo, no ha habido quien pudiera con ellos.

A este grupo pertenecen el escorpión y la cucaracha que ya han sido enrocados.

La segunda de las razones es completamente distinta. En lugar de basar su inmutabilidad en una gran capacidad de adaptación, lo hacen basándose en su aislamiento.

Permanecen iguales a lo largo del tiempo porque viven en ecosistemas aislados, donde no sufren la competencia de otros seres y, por tanto, no se han visto obligados a transformarse para lograr la adaptación a nuevas situaciones.

Recuerden la ley de la economía del universo. Un imperativo cósmico.

A este grupo pertenecen ornitorrinco y celacanto, ya enrocados, y el dragón de Komodo que es el último que nos queda para la “manita” prometida. De modo que vamos con él.

Dragón de Komodo 
Un reptil espectacular. Un lagarto varano que puede llegar a medir tres metros (3 m) de largo y tener una masa de más de doscientos kilogramos (200 kg), que no es cualquier cosa.

Se les ha visto comerse un cerdo pequeño de un solo bocado. No les digo más.

Su hábitat natural es el archipiélago indonesio de Sonda. Y se estima que surgió a fines del periodo Cretácico, por lo que tiene más de ochenta millones (80 000 000) de años.

Así que es el más jovencito de este selecto quinteto de animales más antiguos que existen, que les he traído a lo largo de estos días.

Yo, ya ven he cumplido. Quedo por tanto a la espera de sus fósiles vivientes.


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