sábado, 25 de agosto de 2012

De nuevo en el mundo de las mariposas (I)


No es ésta la primera vez que enrocamos este mundo que, para la ciencia, es el de los lepidópteros, un orden de insectos holometábolos casi siempre voladores, y que nosotros conocemos, de forma familiar, como mariposas.

Este grupo de organismos emparentados o taxón representa, nada menos que, el segundo orden con más especies entre todos los insectos.

Lo es porque cuenta con más de ciento sesenta y cinco mil (165 000) especies, clasificadas en ciento veintisiete (127) familias y cuarenta y seis (46) superfamilias. Lo que no está mal. nada mal.

Sin embargo, y a pesar de sernos tan familiares, hay un aspecto de ellas que apenas está divulgado. Existen dos clases de mariposas: las diurnas y las nocturnas.

Y aunque las más conocidas sean las diurnas por razones obvias, resulta que la inmensa mayoría de las especies mariposeras que existen son nocturnas. Para que se sitúe, son mariposas nocturnas las polillas, esfinges, pavones, etcétera.

Por razones también evidentes -no coincidencia espacio-temporal, a pesar de ser tan numerosas-, terminan pasándonos inadvertidas y de ahí su escaso conocimiento a nivel popular.

Les cuento todo esto porque algo parecido sucede con lo que, culturalmente, rodea a nuestro insecto de hoy y que permite darle un enfoque desde diferentes puntos de vista: biológico, literario, físico, antropológico, etcétera.

Empecemos con los dos primeros. Es que resulta que van juntos.

Vladimir Nabokov y las mariposas azules 
A comienzos del otoño pasado les hablaba del novelista de las mariposas, de Vladimir Nabokov (1899-1977). Escritor de ascendencia rusa, conocido de todos por sus novelas Lolita y Pálido fuego.

Un autor imprescindible del pasado siglo XX, del que apuntábamos esta actividad no tan conocida. Su faceta como científico, en concreto como apasionado entomólogo.

Heredada de sus padres y cultivada desde muy pequeño, Vladimir, se sintió atraído por las mariposas en general y por un poco conocido grupo de estos animales en particular.

Una especie de la que apenas se sabía nada salvo el nombre, Polyommatus azul, las mariposas azules o azulitas. Las de los delicados reflejos metálicos en sus alas.

Por si están interesados en este punto de vista científico-literario del tema, pueden ampliar información, bien leyendo las entradas relacionadas en el blog o, bien, escuchando el programa radiofónico número EdC-170. Como prefieran, a elegir.

Pero ahora, con su permiso, vamos a seguir con un nuevo punto de vista, éste exclusivamente científico, en particular biológico, pero relacionado también con las alas. Con las alas de una mariposa.

Que en este caso no son azules, sino transparentes. Como de cristal. La mariposa de las alas de cristal.


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