(Continuación) Sí. Lo sé. Claro que lo sé.
Como también sé que lo hago con demasiada frecuencia. No es nada raro en mí que, al final de una entrada, trate de lo que trate, no la termine poniendo un “pero” a todo lo afirmado.
Lo sé y espero que me disculpen, porque en puridad, la culpa no es mía. No. Lo es de la Ciencia. Ciencia escrita así, con mayúsculas.
Es lo que tiene el ver las cosas con los ojos de la ciencia, en vez de mirarlas con los de la pseudociencia y la creencia. Que siempre nos sale un "pero", cuando no un cesto.
O lo que es igual. La respuesta que demos nunca viene sola. Trae engarzadas consigo, como las cerezas cuando las cogemos del frutero, nuevas preguntas que exigen, a su vez, nuevas respuestas, en lo que tiene toda la pinta de ser una cadena sin fin.
Lo ven, la culpa es de la ciencia. De la maldita ciencia que con su método científico todo lo tiene que razonar y no te deja tranquilo hasta que lo logra.
Con lo acogedora y confortable que resulta una buena creencia o una crédula pseudociencia.
Vas te la crees y, sin más, te quedas tan tranquilo. Te puedes echar a descansar. Con lo pesado que resulta eso de pensar y buscar pruebas. Quita, quita.
Pero vamos a lo que estamos, que me pierdo. Después de todo lo dicho resulta evidente que hay algo de verdad, cuando se afirma que aspirar “oxígeno puro” es nocivo ¿Qué pasa si respiramos oxígeno al cien por cien?
¿Qué pasa si respiramos oxígeno al cien por cien?
Respirar oxígeno al cien por cien 100% -o respirar “oxígeno puro” o, en puridad, respirar oxígeno, sólo oxígeno-, hacerlo les decía, de forma directa y continuada, es por lo general pernicioso, en ocasiones tóxico y, a veces, mortal. Salvando las situaciones extremas -como pueden ser una afección pulmonar grave, una intoxicación por monóxido de carbono CO, algunos tipos de reanimación cardiopulmonar, etcétera- en las que los médicos emplean “oxígeno puro” de modo episódico y continuo con un paciente, su uso está totalmente desaconsejado por los efectos que produce.
Si se respira de forma continua y prolongada y a la presión de una atmósfera (1 atm) o sea a presión normal, se pueden producir: acumulación de fluidos (gas y líquido) en los pulmones que dificulte la respiración; colapso de los alvéolos pulmonares por mucosidad; gran dolor pectoral al respirar profundamente; convulsiones y, si se trata de bebés prematuros, incluso ceguera.
Unos efectos que se intensifican con el tiempo de inhalación del gas y la presión a la que se encuentre.
Algo sabido por el hombre desde que es hombre y descrito, desde hace más de cinco siglos, por el alquimista, médico y astrólogo suizo Paracelso: “Nada es veneno, todo es veneno La diferencia está en la dosis”.
Muy parecido a lo que nos decía el poeta sevillano.
Y ya en otro orden de asunto, apuntar tan solo que la razón química de tan nocivos efectos, radica en el alto poder oxidante que tiene la sustancia simple oxígeno 02.
Una capacidad que aumenta conforme mayor sea su proporción y presión parcial en el aire y que destruye las proteínas y las membranas de las células epiteliales.
Los últimos estudios realizados relacionan tal capacidad, con una forma altamente reactiva de la molécula de oxígeno, conocida como radical libre de oxígeno.
Si desean que ampliemos este tema, no duden en escribirme.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarComo siempre una gran entrada
ResponderEliminarEnhorabuena por el blog en general y estas entradas en particular
ResponderEliminarO sea, resumiendo, NO. No se puede respirar oxígeno puro, que significa O2 al 100%, por que es perjudicial. Si llamas oxígeno puro a algo que no lo es, pues no estás respirando oxígeno puro. Si inhalas a través de una mascarilla que mezcla ese oxígeno puro con aire, ya no estás respirando oxígeno puro. Si el "oxígeno puro" viene mezclado con otros gases en la bombona, eso NO es oxígeno puro.
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