Con relación a la entrada de hace un par de semanas, ¿Por qué los líquidos fríos empañan los vasos que los contienen? (y 2), y una afirmación contenida en ella: “Es decir, que aproximadamente, de cada 100 moléculas que inhalamos [de aire], prácticamente 78 son de nitrógeno y 21 de oxígeno, que son las que utilizamos en el proceso de la respiración.
Más sería mortal para nosotros. El oxígeno, en dosis mayores que ésta, resulta venenoso para cualquier ser vivo sobre la Tierra. Algo que no todo el mundo sabe”.
Pues bien, a propósito de ella, Santiago, un amable seguidor del blog me escribe el siguiente comentario:
“Una cuestión si tiene a bien contestar, dada la toxicidad comentada del oxígeno a alta proporción ¿Qué hay acerca de las máquinas que suministran "oxígeno puro" a las personas con problemas de respiración? Felicidades por el blog”.
Por supuesto que tengo a bien a contestar Santiago. Faltaría más. Aunque lo hago eso sí, avergonzado por el retraso; en la vida hay veces que lo urgente le quita el sitio a lo importante. Y éste ha sido uno de esos casos, por lo que le presento mis disculpas.
Pero dicho esto, le contesto a su pregunta encantado por el mero hecho de haberla recibido; complacido por el tipo de cuestión planteada y agradecido por su amable felicitación.
Para que luego digan que no hay curiosidad por las cosas éstas de las ciencias, y que la gente sólo quiere futbol y Sálvame. Y aunque ésa es otra cuestión, desde ya les digo que no me confundan. Ambos espectáculos televisivos, deporte y cotilleo, me interesan.
Qué quieren que les diga. Es así. A mi enrocado entender, los dos tienen su aquél desde el punto científico.
Pero lo dicho, ésa es otra cuestión y aquí estamos para lo que hemos venido: ¿Cómo es posible que den “oxígeno puro” a personas con problemas de respiración?
¿Se puede respirar “oxígeno puro”?
Hace muy bien Santiago planteando, primero, la situación como una, en apariencia, paradoja, y después, entrecomillando la expresión oxígeno puro. Sobre la paradoja nada que objetar, ya que resulta evidente, dada la comprobada toxicidad del gas oxígeno, si lo inhalamos en porcentajes de abundancia superiores al 21%.
Pero como nos dice el poeta sevillano Antonio Machado (1875-1939): “...todo es cuestión de medida: un poco más, algo de menos”. Verán por donde voy.
De entrada, y para que no haya lugar a equívocos, el “oxígeno puro” no mata. Sí, se puede respirar. De hecho es respirado durante horas y con excelentes resultados, por personas enfermas a las que, con frecuencia, ayuda a conservar la vida. (Continuará)
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