Un instrumento que propició la elaboración de nuevos dibujos lunares, cuya precisión fue mejorando conforme la calidad de la óptica avanzaba.
Diríamos que estamos hablando de una selenografía pre-fotográfica.
Diríamos que estamos hablando de una selenografía pre-fotográfica.
Selenografía pre-fotográfica
En cualquier caso todas las mediciones se hacían por medio de la observación visual, directa o telescópica, con las consiguientes limitaciones de precisión.
Buen ejemplo de ello es el primer esbozo que, cerca de 1603, el físico inglés William Gilbert (1544-1603) compiló sobre la Luna.
Aun así, tan solo un siglo después, a comienzos del siglo XVIII, ya se pudieron medir las libraciones.
Esos movimientos aparentes lunares, responsables de que podamos observar desde la Tierra más de la mitad de la superficie lunar. Lo que no está nada mal.
Aun así, tan solo un siglo después, a comienzos del siglo XVIII, ya se pudieron medir las libraciones.
Esos movimientos aparentes lunares, responsables de que podamos observar desde la Tierra más de la mitad de la superficie lunar. Lo que no está nada mal.
Ya ha venido en más de una ocasión este tema a Enroquedeciencia.
Y a mediados de ese siglo, en 1750, el astrónomo alemán Johann Mayer (1723-1762) elaboraba el primer sistema de coordenadas lunares, que permitiría a los astrónomos localizar características en la superficie de la Luna. Un avance significativo.
Un mapeo sistemático de nuestro satélite que comenzaba, ya de manera oficial, unos años después, en 1779, cuando Johann Scröter inició sus meticulosas observaciones y mediciones de los rasgos lunares.
Continuaba con el primer gran mapa de la Luna, que llegó a ocupar cuatro hojas y fue publicado en 1834 por el astrónomo alemán Johann Heinrich von Mädler (1794-1874).
Y culminaba en la publicación del libro titulado La Selenografía Universal.
Sin embargo los tiempos estaban cambiando y con ellos la ciencia, sus aplicaciones y el desarrollo tecnológico. Una de esas primeras técnicas fue la fotografía.
Una ciencia-arte o un arte-ciencia que proporcionó a la selenografía, una nueva herramienta con la que afinar sus observaciones. Sin duda alguna la invención de la fotografía le supuso grandes avances.
En particular permitió una representación completa y detallada de la superficie lunar, así como la instauración de una toponimia universal. Como sabemos la toponimia u onomástica geográfica es una disciplina de la onomástica, que se encarga del estudio etimológico de los nombres propios de un lugar.
Pero no es de toponimia de lo que les quiero hablar hoy sino de selenografía fotográfica. Cuyos comienzos, por cierto, no fueron tan buenos como se esperaban. (Continuará)
Y a mediados de ese siglo, en 1750, el astrónomo alemán Johann Mayer (1723-1762) elaboraba el primer sistema de coordenadas lunares, que permitiría a los astrónomos localizar características en la superficie de la Luna. Un avance significativo.
Un mapeo sistemático de nuestro satélite que comenzaba, ya de manera oficial, unos años después, en 1779, cuando Johann Scröter inició sus meticulosas observaciones y mediciones de los rasgos lunares.
Continuaba con el primer gran mapa de la Luna, que llegó a ocupar cuatro hojas y fue publicado en 1834 por el astrónomo alemán Johann Heinrich von Mädler (1794-1874).
Y culminaba en la publicación del libro titulado La Selenografía Universal.
Sin embargo los tiempos estaban cambiando y con ellos la ciencia, sus aplicaciones y el desarrollo tecnológico. Una de esas primeras técnicas fue la fotografía.
Una ciencia-arte o un arte-ciencia que proporcionó a la selenografía, una nueva herramienta con la que afinar sus observaciones. Sin duda alguna la invención de la fotografía le supuso grandes avances.
En particular permitió una representación completa y detallada de la superficie lunar, así como la instauración de una toponimia universal. Como sabemos la toponimia u onomástica geográfica es una disciplina de la onomástica, que se encarga del estudio etimológico de los nombres propios de un lugar.
Pero no es de toponimia de lo que les quiero hablar hoy sino de selenografía fotográfica. Cuyos comienzos, por cierto, no fueron tan buenos como se esperaban. (Continuará)
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