Una circunstancia para nada aconsejable que le suceda dentro del agua. Corre uno el riesgo de ahogarse.
Pero tampoco es cuestión de ser alarmista. Por lo general estos instantes de cierto peligro no son preocupantes. No lo son debido a que el metabolismo del cuerpo, en poco tiempo, se normaliza y se restablece la circulación.
El peligro proviene en realidad de la intensidad con la que se produce el reflejo de inmersión. Es decir de la rapidez con la nos zambullamos en el agua y del valor de esa diferencia de temperatura que tenga con la de nuestro cuerpo.
Ambos deben ser bajos. Poca rapidez entrando en contacto con el agua y poca diferencia de temperatura con nuestro cuerpo.
Si por alguno o algunos de estos factores este reflejo de inmersión es muy brusco, entones, estamos ante un síncope de hidrocución.
Un reflejo que en los individuos adultos apenas se nota, pero que en los niños es más evidente.
En realidad los síncopes de hidrocución no son demasiado frecuentes, si bien sabemos que los niños y las personas mayores -con una frecuencia cardíaca baja, los reflejos del sistema simpático y parasimpático no funcionando ya a pleno rendimiento y los mecanismos de compensación más lentos-, niños y personas mayores les decía, son los grupos más propensos a sufrirlos en estos meses de verano.
Pero ¡ojo! Todos debemos tomar unas precauciones mínimas, independiente de nuestra edad y salud, tendentes a disminuir, tanto, la rapidez con la que entramos en contacto con el agua, como, la diferencia de temperatura con nuestro cuerpo.
Y así, para preparar nuestro sistema circulatorio, deberemos mojar de forma pausada, antes del baño, aquellas partes del cuerpo que estén a mayor temperatura como la zona trasera de la nuca, donde está el hipotálamo, el tórax, la espalda, los hombros y las muñecas.
Y, posteriormente, entrar de forma gradual en el agua.
Un agua que no debe estar muy fría, a la vez que nuestro cuerpo no debe estar acalorado. Recuerde que lo que en realidad influye es la diferencia entre ambas.
Cuidado por tanto con el agua de las duchas, que suelen estar muy fría. (Continuará)
Pero tampoco es cuestión de ser alarmista. Por lo general estos instantes de cierto peligro no son preocupantes. No lo son debido a que el metabolismo del cuerpo, en poco tiempo, se normaliza y se restablece la circulación.
El peligro proviene en realidad de la intensidad con la que se produce el reflejo de inmersión. Es decir de la rapidez con la nos zambullamos en el agua y del valor de esa diferencia de temperatura que tenga con la de nuestro cuerpo.
Ambos deben ser bajos. Poca rapidez entrando en contacto con el agua y poca diferencia de temperatura con nuestro cuerpo.
Si por alguno o algunos de estos factores este reflejo de inmersión es muy brusco, entones, estamos ante un síncope de hidrocución.
Acerca del síncope de hidrocución
Una manifestación extrema del reflejo por inmersión que puede conducir a la súbita pérdida de conocimiento y, si es muy brusco, a una parada del corazón. Un paro cardíaco que podría implicar la práctica de un masaje para su reanimación. Un reflejo que en los individuos adultos apenas se nota, pero que en los niños es más evidente.
En realidad los síncopes de hidrocución no son demasiado frecuentes, si bien sabemos que los niños y las personas mayores -con una frecuencia cardíaca baja, los reflejos del sistema simpático y parasimpático no funcionando ya a pleno rendimiento y los mecanismos de compensación más lentos-, niños y personas mayores les decía, son los grupos más propensos a sufrirlos en estos meses de verano.
Pero ¡ojo! Todos debemos tomar unas precauciones mínimas, independiente de nuestra edad y salud, tendentes a disminuir, tanto, la rapidez con la que entramos en contacto con el agua, como, la diferencia de temperatura con nuestro cuerpo.
Y así, para preparar nuestro sistema circulatorio, deberemos mojar de forma pausada, antes del baño, aquellas partes del cuerpo que estén a mayor temperatura como la zona trasera de la nuca, donde está el hipotálamo, el tórax, la espalda, los hombros y las muñecas.
Y, posteriormente, entrar de forma gradual en el agua.
Un agua que no debe estar muy fría, a la vez que nuestro cuerpo no debe estar acalorado. Recuerde que lo que en realidad influye es la diferencia entre ambas.
Cuidado por tanto con el agua de las duchas, que suelen estar muy fría. (Continuará)
asfdkljqwoiur Reading is fundamental to functioning in today's society. There are many adults who cannot read well enough to understand the instructions on a medicine bottle. That is a scary thought - especially for their children.abogado en internet gratispsiquiatra en internet gratis Filling out applications becomes impossible without help. Reading road or warning signs is difficult. Even following a map becomes a chore. Day-to-day activities that many people take for granted become a source of frustration, anger and fear. asddslknasdfoiqwr
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