lunes, 11 de junio de 2012

Un adolescente resuelve un problema propuesto por Newton (I)

Con esta impactante noticia se desayunaba hace unos días el mundo científico, y más en concreto el matemático.

Shouryya Ray, un niño indio de 16 años de edad, sorprendía a todo el mundo al encontrar la solución a un problema propuesto por el gran Isaac Newton en el siglo XVII y que, al parecer, nunca había sido resuelto hasta ahora.

Desde luego, la verdad es que, dicho así causa impresión. Más de 350 años sin encontrarle solución y llega un mozalbete barbilampiño y lo resuelve con una ecuación.

¿Cómo es esto posible? ¿Qué problema newtoniano es ése? ¿Quién es el adolescente? ¿Cómo han sucedido los hechos? ¿Estamos ante un genio de las matemáticas? Veamos.


El problema de Newton 
Venía a preguntarse, ¿cuál sería la trayectoria que seguiría un proyectil que estuviese sometido a la atracción gravitatoria terrestre (una fuerza conservativa) y a la fricción del aire (una fuerza no conservativa o disipativa)? Un problema de lo más real, como muchos de los de Newton.

Y hablando de realidad, convendría saber que si bien es cierto que este problema de balística no se había resuelto de forma teórica y en su conjunto, no fue porque tuviese una dificultad extrema.

Sencillamente se había descompuesto en dos partes. La primera, el movimiento del proyectil en el aire, se había resuelto en el siglo XVII y la segunda, la colisión se planteó ya en el siglo XIX.

Además existía otra razón de practicidad. El problema se resolvía por un método de aproximaciones mediante ordenadores, con unos resultados de lo más aceptables en la vida real. Entonces, ¿para qué desarrollar un cuerpo teórico que lo justificase?

Un argumento que, por lo que se ha visto, no convenció del todo al joven Ray, pero…

¿Quién es Shouryya Ray? 
Pues un adolescente que ya desde pequeño, apuntaba maneras. Según cuenta él mismo, su padre, un ingeniero que trabajaba como profesor en una escuela técnica, le solía poner problemas matemáticos de cierta complejidad, con tan solo seis años.

Entre ellos la resolución de ecuaciones complejas y alguna que otra tarea relacionada con el cálculo infinitesimal. Como el mismo Shouryya confiesa, desde muy joven sintió lo que él denomina “auténtica hambre de matemáticas”, lo que le hizo destacar en el colegio ¡Con tan solo seis años!

Más tarde, cuando hace unos cuatro años la familia se trasladó de la India a Alemania, sus nuevos profesores no tardaron en darse cuenta de su inteligencia y fue promocionado dos cursos. (Continuará)

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