Estamos de enhorabuena. El último número de la prestigiosa revista Science dedica su portada al arte paleolítico español. Es la primera vez que ocurre en la Historia, la historia de ambos. La de la revista estadounidense y la del paleolítico español.
El motivo no es otro que el de certificar que, por ahora, la cueva de Altamira contiene el arte rupestre más antiguo de Europa. Un nuevo estudio que retrotrae la realización de algunas de sus pinturas a, nada menos que, 40 000 años.
Es decir, que las hace unos 10 000 años más antiguas de lo que sugerían las dataciones anteriores. Lo que tiene su importancia, no crean.
Pero vayamos con orden que principio quieren las cosas. Empezamos por la intrahistoria del asunto.
La investigación y su método
Naturalmente el reconocimiento de la publicación no es más que el final de un trabajo científico que se inició tiempo atrás. En concreto siete años. La investigación comenzó en 2005, cuando empezaron a publicarse dataciones de pinturas rupestres en cuevas de Francia y Portugal, que retrasaban su ejecución entre 20 000 y 25 000 años.
Y si esto era así en los países vecinos, ¿por qué no podía ser también en el nuestro?
De ahí que un equipo de once investigadores, seis de ellos españoles, de cuatro nacionalidades y asociados a nueve instituciones, realizaran estos nuevos estudios de datación en el suelo patrio.
Estudios cuyos resultados, “absolutamente objetivos”, hacen nuestro arte rupestre más antiguo de lo que hasta ahora se consideraba, ya que se le relacionaba con el periodo Magdaleniense, hace entre 15 000 y 18 000 años.
Destacar que en esta ocasión los investigadores han utilizado el método de datación Uranio (U)-Torio (Th) con notables ventajas sobre el del Carbono-14.
Primero porque, con el nuevo método, se pueden datar costras y formaciones de calcio que se encuentren en contacto directo con las representaciones rupestres, de modo que no se afecta a la conservación de las pinturas.
Y segundo porque, con este método de datación U-Th, se superan las limitaciones del radiocarbono-14, que sólo puede ser aplicado en las pinturas negras hechas con carbón y no en las realizadas en rojo, en negro de manganeso y en los grabados.
Se trata por tanto de un salto cualitativo en el proceso de datación de las pinturas rupestres.
Sin duda el estudio del arte rupestre prehistórico en los inicios del siglo XXI, ha sufrido una transformación total, con el desarrollo y aplicación de nuevas tecnologías que, curiosamente, nacieron, por lo general, con otros fines.
Son pequeñas paradojas que nos ofrece la vida. (Continuará)
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