El título ya nos previene de lo que nos vamos a encontrar en las páginas del interior. No hay lugar para el equívoco, ni la confusión.
Su autor, Daniel Closa (1961), doctor en Biología e investigador del CSIC, dedica las 230 páginas del libro a recoger un centón de supuestas hipótesis y hechos, de aparente naturaleza científica, que en realidad no son más que bulos, la mayoría de ellos carente de toda lógica científica.
Falsas creencias, credulidades de amplio espectro relacionadas con la salud, el cuerpo, los animales, la comida, la evolución, la Tierra, el espacio, los científicos, la historia, las leyendas urbanas y las conspiraciones más extendidas y arraigadas.
Afirmaciones falsas con apariencia de realidades científicas que Closa desmantela y tira por tierra. Sirvan de ejemplo, y seguro que algunas les suenan:
- La vitamina C cura el resfriado
- Usamos únicamente el 10% del cerebro
- En el zodíaco hay doce signos
- Los rayos jamás caen en el mismo lugar
- Con la luna llena nacen más niños
- Las avestruces esconden la cabeza bajo tierra
- Cabello y uñas siguen creciendo tras el fallecimiento
- Los estadounidenses nunca llegaron a la Luna
- La dieta vegetariana es más sana
- Hay cocodrilos albinos en las alcantarillas de Nueva York
- Las serpientes bailan al son de la música de los encantadores
- El agua del fregadero gira al revés en el hemisferio sur
- Los gatos siempre caen de pie.
- Marte se ve del tamaño de la Luna durante su máxima aproximación
Una certeza que espero y confío desaparezca tras la lectura del libro. Porque con esa vocación sale ‘100 mitos de la ciencia’.
Escrito en un lenguaje claro y sencillo, sus explicaciones resultan comprensibles y lógicas para cualquiera, independiente, casi, de su nivel científico.
Un libro pues recomendable por el fondo y por la forma. Recuerden:
100 mitos de la ciencia
Daniel Closa
Lectio ediciones (2012)
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