miércoles, 9 de mayo de 2012

Los toros no embisten al rojo porque sólo ven en blanco y negro (y II)

(Continuación) Son las que nos permiten ver de noche, cuando hay poca luz y los objetos parecen no tener color. Es porque, entonces, empleamos los bastones únicamente, ya que no hay luz suficiente para activar los conos.

Con ellos el toro ve y capta, sobre todo, el menor movimiento de un cuerpo. Lo hace debido al cambio de brillo que detectan sus bastones. Por eso el torero agita el trapo y se mueve delante de él. Para captar su atención. Así es como lo cita.

De modo que no es el color lo que le incita a embestir, sino el movimiento y los consiguientes cambios de brillo.

Les decía más arriba que la vista no es el sentido más desarrollado del toro y es cierto. Pero no lo es menos que en la lidia es el más importante. Prueba de ello son las referencias que existen.

Una de ellas es lo frecuente que resulta oír decir a los matadores, que les gusta mirar a los ojos del toro. Apuntan que ven en su mirada de todo: temor, fiereza, profundidad, nobleza, agresividad. Incluso algunos dicen que los han visto llorar.

¿Será que en los animales, al igual que en nosotros, como algunos piensan, la mirada es el espejo de alma? No sé. No sé si se puede llegar tan lejos. Quizás demasiado antropoformismo.

Lo que sí me consta es que, para los criadores de toros y toreros, la fijeza de la mirada del animal durante la lidia, es considerada una buena señal. Puede denotar buena casta.

Por el contrario, si desparrama la vista, si el toro se distrae, mal asunto. Aunque habrá que ver más. Ya sabe lo que se dice. (Hasta el rabo todo es toro).

Otra referencia es cómo por sus defectos visuales, los taurinos llaman a los toros con diferentes calificativos: tuerto, reparado, burriciego, etcétera. Sin duda una señal de su importancia.

Sí. La vista es, quizás, el sentido más importante en la lidia. De ahí que cualquier defecto los inutilice para tal menester. Un sentido importante a la hora de lidiar, pero no el único.

Lo que dice la ciencia sobre los otros sentidos del toro
En la lidia el torero no sólo se mueve delante del toro para reclamar su atención. También le grita, le llama, le habla. No en vano el oído es el sentido más desarrollado en el toro. Es con el que la vaca se comunica con su becerro, cuando le muge para atraerlo o avisarle de un peligro.

Claro que también cuenta, y no poco, el olfato. Un sentido muy desarrollado en el toro. Venteando es como perciben el peligro, presienten la tormenta y conocen la época de celo de las hembras.

Los vaqueros dicen que una vaca es capaz de encontrar a su cría, a muchos kilómetros de distancia, y sólo por el olor. Y muchos toreros afirman que el toro huele el miedo. Algo que también se dice de otros animales, como el caballo.

La explicación es porque olfatean la adrenalina, también conocida como “droga del cerebro”. Una parte fundamental del mecanismo encargado de activar, cuando nos encontramos en peligro, el llamado instinto de conservación.

Se trata de una sustancia que muchos animales, entre ellos los seres humanos, segregan cuando sienten miedo.

Que es lo que al parecer se siente cuando, estando delante del toro, te dicen aquello de “Vete al pitón contrario” o “Crúzate”, que también lo dicen así. Ya les cuento.



2 comentarios:

  1. Muy bueno. Espero con interés lo de los pitones

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  2. ¿Para cuándo vete al pitón contrario?

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