jueves, 3 de mayo de 2012

Los toros embisten al color rojo (I)

Se trata de una más de las falsas asociaciones que vienen avaladas por parte del saber popular. Si bien hay que decir en honor a la verdad, que no es mucha la gente que cree esta credulidad.

Una según la cual, los toros embisten al color rojo y de ahí, por ejemplo, el color de la muleta. Qué mejor evidencia que ésta, que dirán algunos.

Y en efecto, así es. Es roja y a ella embisten los toros. Lo malo es que es eso. Sólo una evidencia y no una prueba. Veamos. Para empezar, y que no haya duda, tal afirmación no es cierta. (Lo que no puede ser, no puede ser, y además es imposible).

Los toros no se excitan con el color rojo. Algo que la gente del toro sabe bien. Aunque no hay que pertenecer a este mundo para saberlo. Son muchos los detalles cotidianos que así lo muestran. Basta con fijarse en ellos.

Por ejemplo el capote es rosa con el revés amarillo, verde, azul o morado y, sin embargo, también atrae al toro.

O la barrera de algunos tendidos es roja, ¿por qué no la embisten entonces? Es más, la muleta no siempre fue roja.

Pero bueno esa es otra historia.

El caso es que el acto de embestir no está asociado al color rojo. Se trata de una falacia. Y la ciencia lo ha demostrado. No es que abunden los estudios al respecto, pero algo hay. Les traigo una terna.

Lo que dice la ciencia extranjera sobre la preferencia del toro por este color 
El más antañón de ellos es estadounidense, procede del campo de conocimiento de la psicología y fue realizado en 1923 por la Universidad de California.
Intentando encontrar una base científica para esta credulidad, un grupo de psicólogos llevaron en paralelo dos líneas de investigación. Una experimental, estudiando las respuestas de las reses -terneros, vacas, mansos y bravos- a la presencia de trozos de tela de diferentes colores: rojo, verde, azul, negro y blanco.

Resultado. Las reses ni se inmutaron. Bueno, sí. Iniciaban algún que otro movimiento, más o menos violento, según cómo agitara a la tela la brisa o el viento. Es decir, sólo cuando el trapo se movía, el toro lo hacía también.

Pero esta relación era independiente del color del trapo. Un detalle a no olvidar.

La segunda línea de investigación fue teórica. Se pasó un cuestionario a una muestra de ganaderos californianos. De su respuesta se dedujo la misma doble conclusión.

Una, que el color rojo no excita de forma especial al animal. Y otra, que éste lo hace sólo cuando el trapo se mueve o cambia su brillo por reflejo de la luz solar.

Es decir, lo mismo que el estudio anterior, con la influencia del factor brillo. Otro detalle a tener en cuenta.

El segundo de los estudios científicos, sobre la influencia del color, es de 1981 y nacionalidad polaca. No les canso con los detalles. Obtuvieron los mismos resultados que los estadounidenses.

Como es posible que les sorprenda el hecho, de que unos polacos estén estudiando estas cosas, desde ya les adelanto que lo cierto es que les importan bien poco las corridas de toro. Algo que ya se habrán imaginado.

Por lo visto estudiaban la influencia de los colores de los postes e indicativos que suelen usar los ganaderos en sus granjas. En fin. Cada uno con su faena.

Lo que dice la ciencia española sobre la preferencia del toro por este color 
Y por último, la tercera de las investigaciones que es española. Se realizó en 1989 en la Universidad de León.

Un grupo de científicos del Departamento de Producción Animal, analizó la respuesta de ocho (8) toros bravos, a la hora de diferenciar entre siete (7) colores -violeta, azul, verde, verde amarillento, amarillo, naranja y rojo- y siete (7) muestras de color gris, que tenían el mismo brillo que cada uno de los colores.

De nuevo el factor brillo. (Continuará)

1 comentario:

  1. ESpero a leer toda la entrada para darle mi opinión

    ResponderEliminar