Pero eso sí en Sevilla. Quiero decir en la otra orilla.
El sitio elegido fue el barrio de San Telmo, en unos terrenos extramuros propiedad del Tribunal de la Inquisición, y próximos a la linde sevillana con el río Guadalquivir.
Creado en 1681 por una Real Cédula de Carlos II, las obras comenzaron en marzo de 1682 y en 1704 la Universidad de Mareantes se establecía, de forma definitiva, en el Colegio de San Telmo.
Aunque la intención seguía siendo, prácticamente, la misma.
Para que “recojan a los muchachos pobres, naturales de estos reinos, y en él sean educados y enseñados en el arte de Pilotaje, Artillería y Marinería, para que así haya gente de mar experta y abundante”.
Y así funcionó hasta la primera mitad del siglo XIX cuando, en 1849, los Duques de Montpensier compraron el edificio, las fincas del antiguo convento de San Diego y la huerta de Isabela. Querían fijar allí su residencia.
Universidad de Mareantes. Y pasa para todos
Y lo hicieron. Construyeron el palacio y lo habitaron hasta que, por motivos que no vienen al caso, lo tuvieron que abandonar. Tras varias vicisitudes, en 1987, era donado al Arzobispado que, en 1901, establecía entre sus muros el Seminario Pontificio. Un sucedido que ocurrió durante el papado de León XIII.
Un seminario que, huelga decirlo a estas alturas de la entrada, dejó de serlo pasado un tiempo.
El 19 de septiembre de 1989, el edificio era cedido a la Junta de Andalucía. Que, tras rehabilitar varias zonas y volver a darle su condición de palacio, instaló en él la sede de la Presidencia de la Junta de Andalucía el 21 de abril de 1992.
Y desde entonces hasta hoy, veinte (20) años lo contemplan.
Pero claro. Ya sabemos cómo se las gasta el tiempo. O lo que es peor, su paso.
A saber en lo que queda todo. Lo que terminará siendo.
Es lo que tiene de malo el paso del tiempo.
Que irreparablemente huye, todo lo cambia y el hombre no se da cuenta. Aquí el problema.
Pero volviendo al XVIII, ya lo hemos comentado, fue en 1704 cuando la Universidad de Mareantes se estableció de forma definitiva en el Palacio de San Telmo. Entonces el inmueble trianero fue cedido a la orden de los clérigos menores.
Y tras pasar por distintas manos, en 1780, el inmueble empezaría a ser reformado con el aspecto que presenta en la actualidad.
Bueno, pues hasta aquí. Soy plenamente consciente del trato ligero e incompleto que he dado al tema. Pero que quieren, solo he pretendido unir Arte y Ciencia.
Y por supuesto no doy más de mí. A la vista está mi ignorancia.
Que si algo tiene es atrevimiento. Y además me puede la ilusión de contar. En fin.
Qué hay de los vítores sevillanos que iba a publicar
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