miércoles, 25 de abril de 2012

Sevilla y azahar


Para los que saben, decir Sevilla y primavera juntos, es como decir azahar.

Porque es en estos días de febrero, marzo y abril cuando el azahar suele brotar, inundando el aire con el peculiar aroma que despide. Un olor que, junto con la luz, forma parte del propio paisaje primaveral sevillano.

En el terreno personal les confesaré que la vista y el olfato son dos de los sentidos que más me hacen añorar Sevilla cuando, por cualquier motivo, tengo que pasar largas temporadas fuera.

No es poca cosa la luz y el olor de Sevilla en primavera. Pero, yendo a lo que nos trae, ¿qué es el azahar?


¿Qué es el azahar? 
Azahar, azahares o flor de azahar es el nombre común que tienen ciertas flores blancas, como la del naranjo, el limonero o el cidro. 

Una bella palabra de origen árabe hispánico que, sobre todo, se asocia a la flor del naranjo. Quizás la más apreciada por su belleza, aroma y propiedades más o menos terapéuticas.

Recordemos que de la flor de azahar se destila, al vapor de agua y sin presión, el aceite esencial nerolí. Los aceites esenciales son mezclas de sustancias químicas biosintetizadas por las plantas y responsables del característico aroma de algunas flores, árboles, frutos, hierbas, especias, semillas.

También lo es de ciertos extractos de origen animal como el almizcle, la civeta o el ámbar gris.

Desde el punto de vista bioquímico, entre sus componentes activos encontramos: nerol, geraniol, indol, jasmona y ésteres antranílicos, benzoicos y fenilacéticos.

Todos ellos con diferentes y numerosas aplicaciones, que convierten al azahar en una flor muy aprovechable.

¿Qué aplicaciones tiene el azahar? 
Desde muy antiguo el hombre ha sabido sacar provecho a esta blanca y aromática flor. Y para ello, lo primero que hizo fue preparar lo que en Química se conoce como un hidrosol

Que no es más que un extracto acuoso obtenido por destilación de las mismas y que goza de las propiedades de sus aceites esenciales.

En nuestro caso, a este extracto se le conoce popularmente como agua de azahar y es el producto de la destilación de la flor de naranjo agrio y tiene múltiples aplicaciones.

Por ejemplo, un uso medicinal. Y así sus efectos calmantes, tradicionalmente, han ayudado a sobrellevar ansiedades, nervios, insomnios, dolores de cabeza, desmayos, cólicos y molestias menstruales. Una maravilla.

Pero también se utiliza en repostería, pastelería y elaboración de dulces, aportando su especial aroma a ciertos postres y masas pasteleras. Creo recordar que se usa en el navideño y popular “Rosco de Reyes” entre otros productos.

Por último, también se usa como perfume casero. Se hace mediante la maceración de pétalos de la flor en alcohol. (Continuará)

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