Otros factores (internos) que influyen en el color de ojos

Recapitulamos lo dicho hasta ahora. El color de los ojos depende, en un principio, de los (1) nutrientes que recibe de la madre durante la gestación. Y después ese color, cambia en cuanto los (2) genes que codifican para la melanina se activan y comienzan a funcionar.

Bueno pues a estos dos factores hay que añadir otros que, también, pueden cambiar el color de los ojos. Por ejemplo, (3) la tendencia genética de la familia.


Es evidente que si, familiarmente, predominan los ojos claros, lo más probable es que el bebé también los herede. Lo mismo que el color de la piel, a la que suele ir unida.

Por lo general las pieles claras, con poca melanina, se las relaciona con los ojos claros (azules, grises o verdes). Mientras que las pieles con mucha melanina, se las relaciona con los ojos oscuros (marrones o negros).

Naturalmente también interviene y no poco (4) la raza. Lo hace no solo sobre el color de ojos, también sobre el de la tez.

Es obvio que un holandés o un escandinavo tienen muchísimas probabilidades de tener los ojos azules o verdes, no sólo porque, probablemente, sus progenitores familiares los tengan, sino por la raza a la que pertenece.

Y por supuesto, no hemos entrado en ello, no hay que olvidar que existe una tendencia a que los ojos oscuros dominen sobre los claros. Lo que nos lleva a una interesante cuestión, ¿por qué los ojos son de colores?