Según cuenta el propio Bowie, en una desgraciada pelea en el patio del colegio, otro alumno le clavó un compás en el ojo. Cosas de niños. Ya saben.
Un traumatismo que le originó un depósito de hierro secundario en dicho ojo, y que le terminó causando la heterocromía adquirida de la que hablamos
Pero el traumatismo primario también tuvo sus secuelas.
Si se fijan mejor en la fotografía, comprobarán que las pupilas no son del mismo tamaño. El escolar instrumento de dibujo, no sólo provocó que el color de uno de sus ojos se alterara, sino que produjo la parálisis de los músculos del iris. Recuerden, los que lo cierran y abren.
De ahí que la pupila de su ojo izquierdo tenga siempre el mismo tamaño. Esté eternamente dilatada, independiente de la luz a la que se exponga. Cosa que no ocurre con el ojo derecho que reacciona normalmente a la intensidad de exposición.
Bueno, pues poco más que contarles. Hasta aquí esta serie de entregas relacionadas con el color de los ojos de los niños y que arrancó hace ya diez días. Y es que los niños merecen el máximo respeto.
Por cierto. No es esta la única relación del artista británico con la ciencia. He encontrado dos nexos científicos-artísticos. Uno, musical. Y, otro, cinematográfico.
Ya les cuento.
No tenía ni idea. me gusta mucho las relaciones que hace entre las ciencia y otras cosas como los tatuajes, la musica, las camisetas, etc
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