Según el neurocientífico
Vilayanur Ramachandran, de la
Universidad de California, nuestros ancestros desarrollaron una especial
habilidad para detectar, lo más pronto posible, el color rojo.
El motivo no era
otro que la propia supervivencia. De esa forma vería mejor los frutos maduros,
dentro del verdor de la selva y los bosques, y se apropiaría de ellos antes que
la competencia.
De modo que,
para nuestros antepasados, el color rojo se convirtió en sinónimo de recompensa alimenticia.
Un motivo que
por sí solo no justifica lo de los labios, pero que tiene que ver. Verán.
Conforme las
hembras humanas fueron ocultando sus signos sexuales, al convertirse en
bípedas, aprendieron a desarrollar sus dotes de atracción sobre el macho con
otros atractores.
A falta de una
vulva a la vista que se tornase roja, fueron los labios del rostro los que se les
empezaron a asemejar. Y se convirtieron en los labios evertidos (hacia afuera) con su tonalidad rosada detectable
que tenemos en la actualidad.
Y así los labios
se volvieron, también, en sinónimo de recompensa. Ahora una recompensa sexual.
Luego los labios
femeninos humanos se comportan como los genitales. Se hinchan e intensifican su
color durante la excitación, tornándose más sensibles y llamativos.
Algo que es
percibido por nuestro cerebro como una llamada sexual. Pero, ¿por qué las mujeres se pintan los labios de rojos?
¡Qué buena esta serie sobre el beso.muy completa.me gusta como escribe
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