¿Cuál es la razón del beso? ¿Por qué todos deseamos un ósculo? Pues la verdad es que, a
ciencia cierta, no se sabe. Pero no faltan hipótesis al respecto.
Algunos
científicos creen que besarse fue el producto de individuos que se olfateaban los unos a los otros para
reconocerse. Una línea de investigación bastante plausible.
También lo es la
hipótesis según la cual, el acto de fruncir los labios nos recuerda la
tranquilidad, la comodidad y el apego de los cuidados de la infancia.
Una idea
freudiana, por lo que hay que andar con cautela con ella, pero que podría tener
cierta validez. En cualquier caso caución.
Claro que la de
la premasticación tampoco está mal.
Nos la ofrece el zoólogo y etólogo inglés
Desmond Morris (1928) en su libro El
mono desnudo, donde explica de qué modo las primeras hembras de Cromagnon alimentaban a sus crías.
Mascaban previamente la comida y cuando
el puré estaba a punto, lo pasaban de sus bocas a las bocas de sus crías.
Lógica también.
Pero, en
realidad, la razón más importante y obvia de por qué nos besamos es otra. Lisa
y llanamente facilita la reproducción.
Una evolutiva cuestión de supervivencia pues.
Ya hemos
comentado que el beso es la forma más clara de expresar cariño, sentimientos,
emociones y también pasiones. Y la boca, según la teoría freudiana, es el
primer lugar donde se asienta el deseo sexual. Así que.
Evolución del
porqué
No obstante la
razón y significado del beso ha cambiado a lo largo de nuestra historia.
No fue hasta el
siglo VI y en Europa, cuando el beso evolucionó como expresión de cariño entre personas adultas. Un forma de expresar
afecto ya no sólo con los niños.
Un significado
del beso como una actividad meramente placentera que fue interrumpida por un
tiempo en Europa durante la Edad Media.
El beso pasó a
ser usado sólo para que los siervos, que no sabían leer y escribir, sellaran
contratos y acuerdos. Un nuevo porqué, éste más pragmático.
Beso entendido
como una simple transacción comercial.
Pero con
posterioridad pasó a adquirir un nuevo significado de transacción.
En este caso de
transacción, diríamos,
sentimental. Durante buena parte de
la Edad Media, el caballero que besaba a una dama estaba obligado a casarse con
ella.
Una
invariabilidad que requiere una aproximación científica a este acto tan común
para la mayoría de la humanidad.
Lo que nos
obliga a replantearnos la pregunta: ¿Es el beso algo instintivo o una conductaaprendida por los humanos?
A mi me encanta
ResponderEliminar¿No va acontinuar?
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