Les decía más
arriba que en otras estructuras físicas, además de la de la copa, se podía
producir también una situación resonante.
Y les citaba, por ejemplo, los puentes.
Me vienen a la
cabeza dos. Uno,
el puente de Tacoma sobre el rio
Narrows en los EEUU y las peligrosas
contorsiones que le hicieron caerse el 7 de noviembre de 1940.
Otro, el puente de Broughton en Manchester,
Inglaterra, cuando en 1831 se colapsó a raíz del paso en formación de una tropa
de soldados.
Y ahora que lo
pienso, ¿podría estar relacionado el fenómeno
de la resonancia, con la bíblica caída de los muros de Jericó bajo el sonido de los cuernos y voces de los
israelitas?
Claro que
también, ahora caigo en que no les he diferenciado cristal de vidrio. Mejor
dicho, ¿es lo mismo vidrio que cristal?
Y además no les he dicho nada sobre los ‘Cazadores de mitos’, el programa de
televisión que desmentía el anuncio de la cinta de audio.
Bueno pues ya tenemos trabajo. Lo empezaremos
con el puente de Broughton.
La historia del
puente de Broughton
En realidad no
hay mucho que contar.
Según los datos
documentales existentes, en 1831, el puente colgante de Broughton en
Manchester, Inglaterra, entró en colapso
estructural cuando unos setenta y cuatro (74) soldados marcharon sobre él
marcando el paso.
Afortunadamente
no hubo muertos y sólo veinte (20) soldados resultaron heridos. De este
accidente proviene, precisamente, la imposición vial de que los soldados deban
romper el paso al cruzar un puente.
Casi desde el
principio, la rotura del puente, se atribuyó al fenómeno de la resonancia, sin embargo, los datos aportados por recientes investigaciones, parecen
apuntar en otra dirección.
Estas
investigaciones revelan que todo empezó porque uno de los tornillos de anclaje
del puente se soltó del apoyo. Al parecer por doble motivo: mala fabricación
del tornillo y mala construcción del
anclaje.
Dos requisitos
necesarios para que se produjera el accidente. Necesarios pero no suficientes.
Hacía falta un factor más. Factor que,
para los autores de este estudio, bien pudo ser el aumento del peso del puente por los 74 soldados.
Y en éstas
estamos. Ni unos ni otros han podido demostrar experimentalmente su hipótesis.
Lo que sí ha
quedado en la memoria popular es que los soldados cuando cruzan un puente no
deben marcar el paso. Pero en realidad no sabemos si es cierto. Qué cosas.
Muy bueno lo de los vídeos ¿hay más?
ResponderEliminarDEbería poner más vídeos
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