Y además está el asunto de la inversión polar.
Ya hemos
comentado que ese, digamos, paseo del polo norte magnético plantea pequeños
contratiempos a la hora de utilizar la brújula para la navegación.
Más problemático
resulta el efecto que produce ese paseo polar, si consideramos un intervalo de
tiempo de algunos cientos de miles de años. Un efecto terrible de consecuencias
no asumibles.
Resulta que el
campo magnético terrestre se termina invirtiendo, ya que los polos
geomagnéticos norte y sur intercambian sus posiciones.
Algo cambia en
el interior del planeta, que hace que la orientación de los polos magnéticos se
invierta. No sabemos exactamente por qué ocurre, pero sí que sucede.
No les voy a
decir de vez en cuando, pero sí de cuando en cuando.
Ha debido ocurrir
miles de veces en el pasado. De hecho la última inversión se produjo hace 780
000 años, y es posible que no ande muy lejos la próxima.
Los datos de los
registros de navegación que tenemos nos indican que el campo magnético ha estado
cambiando en los últimos tres siglos.
Y lo ha hecho de
tal forma, que el cambio de polaridad se estima que es inminente. Podría
ocurrir en poco más de dos mil años.
Mucho tiempo en
la escala biológica, pero algo menos
que lo que dura un suspiro en la escala geológica.
Como nos dice el
poeta sevillano: “Todo es cuestión de
medida, un poco más, algo menos”.
Se me cae el pelo y me gustaría que me aconsejara con respecto al champú de caballo del que ahora se habla.
ResponderEliminarLe agradecería que me contestara lo más pronto posible