Dicho así puede parecer una de esas preguntas tontas. Pero ya saben. Nada es lo que parece.
Es la típica escena de los mercados orientales. Un hombre sentado en el suelo, que empieza a tocar una flauta y logra que una cobra salga de una cesta y empiece a moverse como si estuviera bailando.
Es la típica escena de los mercados orientales. Un hombre sentado en el suelo, que empieza a tocar una flauta y logra que una cobra salga de una cesta y empiece a moverse como si estuviera bailando.
Según dice la
leyenda de la Serpiente Cobra, este insólito hecho
sólo puede hacerse con una flauta llamada “Tumarit”.
Es, al parecer, el único instrumento musical que le agrada a la serpiente cobra
macho, porque su sonido es muy similar al emitido por la cobra hembra.
De ahí que los
encantadores de serpientes deban aprender a tocarla de manera que resulte
agradable a la serpiente y ésta quede “encantada”.
De lo contrario, si la cobra saliera de su encantamiento, podría ocurrir una desgracia.
De lo contrario, si la cobra saliera de su encantamiento, podría ocurrir una desgracia.
Es evidente que
cualquier persona no puede ser un encantador de serpiente. Requiere práctica,
autoconfianza y sobre todo mucha tranquilidad y valor.
Ese es el mérito
del espectáculo. Lo bueno. Y como credulidad está bien.
Pero hay una dificultad. Lo malo. Resulta que las serpientes son sordas. Sí, como lo oyen (perdón como lo leen). No tienen oído. O casi. Les cuento.
No es cierto porque las serpientes son sordas
Las serpientes
carecen de oído externo y medio y, si bien en algunos casos,
pueden tener restos de oído interno,
éste no llega a ser apto para percibir los sonidos
armónicos de una flauta.
Experimentalmente
se ha comprobado que, transmitidos por
el aire, sólo responden a los sonidos
de baja frecuencia, es decir, entre
100 y 500 ciclos por segundo. O sea, como si no tuvieran oídos. Sordas como una
tapia.
Lo que sí pueden
sentir son las vibraciones en el suelo
a través de su vientre, por lo que
pueden percibir a una persona que se aproxima descuidadamente. Pero no pueden
oírla.
Su principal
sentido es el olfato, que reside
fundamentalmente en la lengua. Es
por esta razón por la que, cuando salen a cazar la llevan fuera de la boca y en
constante movimiento.
De modo que no es
la música que no pueden oír, la razón por la que bailan las cobras.
No siempre la
música amansa las fieras.
Bien, oír no oyen.
De acuerdo. Pero, ¿pueden ser hipnotizadas? ¿Es cierto que las cobras hipnotizan a sus presasantes de cazarlas?
¿Entonces los flautistas tocan al ritmo de la cobra? ¿Y cómo hacen que bailen?
ResponderEliminarEl periódico The New York Times del 10 de enero de 1954, sec. 4, p. 9, bajo el título “¿Son ‘encantadas’ por la música las serpientes?”, contiene el siguiente informe sobre Sl 58:4, 5: “El Dr. David I. Macht, farmacólogo investigador que trabaja para el hospital Mount Sinai de Baltimore [E.U.A.], es una de las principales autoridades del mundo sobre el veneno de la serpiente cobra. (El veneno de la cobra tiene uso acepto en la medicina; en trastornos sanguíneos, por ejemplo.) El Dr. Macht informó que mientras trabajaba con cobras y el veneno de las cobras llegó a conocer a varios médicos hindúes con una buena educación y de diferentes partes de la India. Todos concordaban en que las cobras responden a algunos tonos musicales, de flautines o pífanos. Los médicos informaron que algunos tipos de música excitan a los animales más que otros. Hasta sucede que a los niños indios que juegan en la oscuridad en los campos se les advierte que no canten, para que sus sonidos no atraigan a las cobras —dijo él—. El Dr. Macht comentó que Shakespeare, quien en repetidas ocasiones dijo que las serpientes eran sordas [...] simplemente repitió un malentendido común. Por otra parte, el Dr. Macht dijo que el salmista que en Salmo 58, versículo 5, dio a entender lo contrario, que las serpientes pueden oír, tenía razón. [...] El Dr. Macht dijo que, contrario a lo que alegan algunos naturalistas, las serpientes son ‘encantadas’ por sonidos, no por movimientos del encantador”.
EliminarDe igual manera, en un artículo que se publicó en la revista zoológica alemana Grzimeks Tier, Sielmanns Tierwelt (El animal de Grzimek, el mundo animal de Sielmann), julio de 1981, pp. 34, 35, el autor relata acerca de una cobra que vivía en la finca que él tenía en Sri Lanka, en un termitero. Él pidió a un encantador de serpientes que prendiera a la serpiente silvestre y la hiciera bailar. El autor informa: “Después de haberle asegurado yo a mi huésped que una cobra realmente vivía allí, él se sentó frente al termitero y se puso a tocar la flauta. Después de un largo rato —ya yo creía que no iba a suceder nada— la cobra levantó la cabeza unos cuantos centímetros fuera del agujero. Antes que la serpiente pudiera abrir la boca, el encantador se apresuró y la agarró por la cabeza, sujetándola entre el dedo pulgar y otros dos dedos”. Entonces el indio verdaderamente hizo que la serpiente bailara.
Por lo tanto, hay prueba de que la cobra sí ‘escucha la voz de encantadores’.
Dijo un viajero que estuvo en la India mucbo tiempo que aprenden a garrotazos, cada vez que sale del cesto, golpe de flauta, y lo dijo un encantador que de cada tres o cuatro serpientes solo sobrevibe una, asi que de bonito no tanto.
Eliminarse queda corto este artículo, ok, no pueden escuchar, pero, ¿entonces que las hace bailar?
ResponderEliminarDeja mas preguntas que soluciones... mal artículo.
ResponderEliminarY cuando se les deja de dar golpes?, en que punto se sabe que ya aprendio lo que tenia que aprender?
ResponderEliminarY cuando se les deja de dar golpes?, en que punto se sabe que ya aprendio lo que tenia que aprender?
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