Lo hace de la forma más sencilla que se pueda imaginar. Con el simple y suave movimiento
que confiere al instrumento musical.
El encantador de serpientes mueve de un
lado a otro la flauta lentamente, y la serpiente sigue este movimiento con la
cabeza, en apariencia hipnotizada. Pero la realidad es bien distinta.
Resulta que ésa es la forma en la que una serpiente observa mejor a un objeto en movimiento, que pueda resultarle potencialmente peligroso. A cualquier objeto.
Si en un laboratorio pasamos por delante de una cobra
un plumero, por pasar algo, veremos
que la cobra sigue atentamente el movimiento.
Cualquier objeto que se mueva ella lo seguirá.
Cualquier objeto que se mueva ella lo seguirá.
Como ocurre con la punta más o menos ensanchada de la flauta, que
el encantador nunca dejará de mover lentamente.
La cobra seguirá el movimiento oscilatorio de esa punta, pero no porque escuche la melodía, ni esté hipnotizada, sino por su propia seguridad.
La cobra seguirá el movimiento oscilatorio de esa punta, pero no porque escuche la melodía, ni esté hipnotizada, sino por su propia seguridad.
Del peligro del espectáculo
Y aunque serpientes como las cobras son
muy peligrosas, los expertos saben que, si se tiene cuidado, se puede evitar su
mordedura.
Además no olvidemos el principio de economía que impera en la
naturaleza. Un principio imprescindible para la supervivencia: gasta sólo
cuando sea estrictamente necesario.
Una serpiente utiliza su veneno en muy
contadas ocasiones. Para atacar a las presas de las que va a alimentarse o, en
menor medida, como un arma contra un animal mayor. Y pare usted de contar.
Si no se le ataca directamente, es muy poco
probable que se sufra una mordedura por parte de ella.
Un ataque que ellas asocian a los
movimientos bruscos y rápidos. De ahí que los encantadores de serpientes se
muevan despacio, sin realizar movimientos amenazantes para la serpiente.
Si es así, al no percibir un peligro
inmediato, el animal no ataca, pero por precaución sigue con la vista el
movimiento de la flauta.
Lo que hace pensar que está hipnotizada o
amansada por la música. Pero en realidad el encantador de serpientes usa su
conocimiento y experiencia sobre estos animales, para poder manipularlos sin
gran peligro. Ése es el secreto de los encantadores de serpientes.
Claro que no
por ello hay que descartar que al ofidio se le hayan podido arrancar también
los colmillos. Nunca está de más ser precavidos.
Muy buenoooooo!!!!!!!!
ResponderEliminarLas serpientes no son capaces de escuchar música, pero son capaces de sentir las vibraciones que nuestro sistema auditivo transforma en sonidos.
ResponderEliminarSi la causa del "encantamiento" se limita a lo que explicas, me parece una pobre explicación, ya que según ella sería igual de efectivo mover un palo delante de la serpiente, y sin embargo no lo es.
Por algo todos ellos tocan la flauta.