Historia de un
peregrinaje: de Saba a Milán (pasando por Constantinopla)
Por la documentación
escrita sabemos que el destino de los Reyes Magos tras la adoración, fue
bastante incierto. De entrada, San Mateo sólo nos dice que regresaron a su país
por otro camino, para así burlar la ira de Herodes.
La misma ciudad donde
murieron martirizados hacia el año 70 de nuestra era. De allí fue desde donde trasladó
la santa Elena, madre del emperador
romano Constantino, sus restos a Constantinopla, la actual
Estambul.
Lo hizo
depositando los restos de los tres en un único sarcófago. No consta porqué no
se hizo por separado.
Lo que tampoco hace
mucho al caso que nos trae ya que, en realidad, lo que importa es que no fue
éste tampoco su acomodo final.
Después de
permanecer durante tres siglos en una capilla ortodoxa, las supuestas reliquias
fueron trasladadas de forma consensuada a Milán.
El objetivo era
dar prestigio con semejante reliquia a la ciudad.
Un objetivo que
por cierto consiguió, si bien no lo es menos que no por ello evitó que las
supuestas reliquias iniciara un nuevo peregrinaje. Un nuevo peregrinaje en este
caso no consensuado.
Historia de un
peregrinaje: de Milán a Colonia (manu
militari)
Resulta que a
mediados del siglo XII, el emperador del Sacro Imperio Romano Germánico Federico I Barbarroja andaba de
conquista y saqueo por las ciudades del norte de Italia, entre ellas Milán.
De modo que de esta
ciudad, entre otros trofeos, se llevó las ya legendarias reliquias reales y las
regaló a la ciudad de Colonia en 1164.
Por supuesto que
lo hizo por métodos expeditivos, mediante el uso de las armas y la fuerza.
Vamos, lo
que se conoce como manu militari.
Y como era de
esperar a Colonia empezaron a acudir miles de peregrinos, atraídos por la fama
de tan preciado tesoro para la cristiandad. Lo que supuso un magnífico negocio
para el obispado en limosnas que, en 1248, inició la construcción de una
catedral.
Una que
estuviera a la altura de tan valiosa custodia. La construcción duró más de 600
años y hoy día, la catedral de Colonia es uno de los monumentos góticos más
impresionantes de Europa.
Por ahora es el
destino final de un viaje que se inició en Saba y a través de once siglos, pasó
por Constantinopla y Milán para terminar en Colonia. Ciudad donde son venerados
junto a sus coronas, en un relicario bizantino.
Pasan por ser
los restos de los Reyes Magos de Oriente.
Tres gentiles que un buen día emprendieron un viaje, siguiendo el rastro de una
estrella, para llegar a un establo en Belén y adorar a un niño, el Niño Jesús.
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