Aunque sigue
resultando complicado llegar, adentrarse y permanecer allí, muchas cosas han
cambiado en la Antártida, desde que hace un siglo llegaran a ella Amundsen y
Scott, entre otros exploradores.
Por ejemplo el
irlandés Ernest Shackleton (1874-1922)
quien dos años antes, en 1909, estuvo a punto de lograr la hazaña que sí
conseguirían los otros dos exploradores.
Unas duras
tierras de las que, hasta hace un siglo, se ignoraba absolutamente todo. Sin
embargo hoy día ya no es así y disponemos de mucha información sobre ese remoto
lugar.
Como por ejemplo
los modernos buques oceanográficos que,
por decenas, estudian los mares que circundan el continente antártico. De ellos
extraen información sobre las características y el movimiento de sus aguas, la naturaleza
y el relieve de sus fondos, y la vida
asociada a los mismos.
O los satélites artificiales que obtienen precisos datos acerca de la topografía, la distribución de los hielos y las características de la atmósfera.
Sin olvidarnos
de las, alrededor de, sesenta y cinco (65) estaciones
científicas pertenecientes a una treintena de países -una cuarentena de las
cuales permanecen ocupadas todo el año-.
Ellas son las
encargadas de facilitar la permanencia
en tan hostiles condiciones ambientales, dando apoyo a las labores que allí se realizan.
Una tarea
encomiable que sólo sería posible gracias a los actuales sistemas de comunicación.
A diferencia de
los tiempos heroicos, en los que los investigadores permanecían meses e incluso
años sin conexión con el exterior, en la actualidad ya no es así.
La gran mayoría
de bases y buques disponen de transmisiones
vía satélite, tienen conexión a
Internet y reciben partes
meteorológicos. También pueden enviar y recibir correos electrónicos, así como hablar por teléfono con casi cualquier lugar del mundo
Unas mejoras
científicas y técnicas que no solo han elevado el nivel de eficacia y seguridad
de las operaciones, sino que han supuesto un drástico cambio en la dramática sensación
de aislamiento que experimentan estos hombres. (Continuará)
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