Para los que ya peinan canas o, lo que es peor, apenas tenemos que peinar, la Navidad, quizás la fiesta más
importante del año, ha cambiado y no poco.
Se trata de un
fenómeno social, éste del cambio navideño, que sucede no sólo en España. No. Tiene
lugar en casi cualquier rincón del mundo. Se ve que es una señal del progreso humano.
Un signo de los tiempos evolutivos.
Un signo de los tiempos evolutivos.
Pero el caso es
que, es en muy poco lo que se parecen aquellas Navidades de nuestra infancia y
adolescencia, con las que hoy se viven.
Un cambio en las formas que tiene un reconocido y reconocible responsable.
Un cambio en las formas que tiene un reconocido y reconocible responsable.
Y que no es otro que la omnipresente influencia cultural de los Estados Unidos en todo el mundo mundial.
Una influencia que viene de la mano, fundamentalmente en este caso, del omnipotente poder de la industria cinematográfica de Hollywood. Como lo oyen.
Cine y belenes
Y lo ha hecho
hasta en los detalles más insignificantes de nuestras propias y más arraigadas
tradiciones. Por ponerles un ejemplo, y sin ir más lejos, de nuestros belenes.
¿Sabían ustedes
que a lo largo de toda la historia de la humanidad, les estoy hablando de
algunos millones de años, se pueden contar con los dedos de una mano, y sobran
dedos, las ocasiones en las que tenemos constancia de que nevara en la ciudad
de Belén?
Belén entendida como cuna espiritual y pesebre material, ya de la que va, del Cristianismo. Entonces, ¿a razón de qué ponemos nieve en nuestros belenes?
Porque es
incuestionable que no hay nacimiento montado, de algunos años para acá, que no
tenga su ración de corcho blanco y
de copos de nieve.
Bueno pues la
razón ya se imagina que estoy a punto de decírsela. La explicación está en el cine. En efecto.
No hay película
navideña estadounidense sin nieve, por la sencilla y razonable razón de que,
por ejemplo, en diciembre en Nueva York, nieva hasta aburrir.
Y hace un frío
que pela que, si te descuidas, te deja helado. Se ve que de aquellos hielos reales
neoyorquinos nos vienen estas nieves beleneras ficticias. Un problema de
ignorancia. (Continuará)
Veo que ha retomado el tema navideño que inició hace unos años. Está bien.
ResponderEliminarFelices fiestas
Hay las tradiciones.
ResponderEliminarY por no hablar de la fiesta de halloween en España ¿A que se debe?
Si ya tenemos el carnaval.
Si todavía hubieramos aceptado la fiesta de muertos de Méjico.
Saludos y Felices fiestas