(Continuación)
En principio, un principio que marca el comienzo de la Hidrostática como cuerpo de conocimientos científicos y que todos
nuestros escolares conocen, o al menos deben conocer.
Dice
así: “Todo cuerpo sumergido en el seno de
un fluido experimenta un empuje hacia arriba igual al peso del fluido que
desaloja”.
Un
principio relacionado con los conceptos de densidad
y flotación, aunque bien es cierto
que el hombre ya sabía, de forma empírica y desde hacía varios siglos, cómo
hacer que los barcos flotaran.
Es
más que probable que la historia de la bañera de Arquímedes no sea más que otra
historia apócrifa y que, Arquímedes, nunca corriera desnudo por las calles de
Siracusa, gritando “¡Eureka!”.
Puede
que sea así. O no. Vaya usted a saber. El caso es que eso apenas importa. No es
más que el envoltorio. Lo que en realidad importa de la cita, es lo que está
dentro de ella. Su contenido. Su fondo y forma.
A
pesar de que el método que nos narra Vitruvio
es puramente volumétrico, a partir de él, Arquímedes,
escribió el “Tratado sobre los cuerpos
flotantes”.
Dos
libros en los que se explican valiosas ideas acerca de la flotación o el
hundimiento de los cuerpos, en un medio líquido como el agua y a temperatura
ambiente.
Obsérvese cuántas matizaciones hace el siracusano a la hora de
enmarcar sus afirmaciones. Un fondo con trasfondo.
De
la importancia del aspecto formal de la expresión “¡Eureka! ¡Eureka!” nos habla su vigencia. Veinticuatro siglos después
de su supuesta emisión, se sigue usando. Y con la misma intención.
Suelen ser las primeras palabras emitidas por un ser
humano, cuando encuentra la solución de un problema que le ronda como hombre y
cuya solución le acucia como científico.
Es
el destello lumínico de la intuición del investigador, seguido del estallido
sónico de júbilo del hombre. Ya se lo comuniqué al principio.
Post data
Lo
que no les dije es que, muchos siglos después, el divulgador científico
estadounidense Isaac Asimov
(1920-1992) corrigió al sabio. Lo hizo con una frase:
“La frase más
excitante que se puede oír en ciencia, la que anuncia nuevos descubrimientos,
no es "¡Eureka!" (¡Lo encontré!) sino “Es extraño ...”.
¿Qué nos quiso decir con ella?
¿Hablarás sobre Asimov?
ResponderEliminarTengo algo escrito en el blog. De todos modos me pongo manos a la obra.
ResponderEliminarGracias Pía