(Continuación) Ya con
el éxito popular a su favor, el monumento ha sido abordado en sus trabajos por
diversos artistas y por diferentes motivos. Y en sus numerosas obras, la Torre ha corrido
una suerte artística desigual.
Ha sido motivo, más o
menos central en la literatura, ya
comentada, en la fotografía y en la música. Y como escenario físico ha sido
utilizado en sus espectáculos por numerosos artistas.
Por ejemplo, en 1962, Édith Piaf, acompañada por 1500
cohetes de fuegos artificiales, cantó desde el primer piso de la torre delante
de 25 000 parisinos.
Cuatro años después,
en 1966, hacían lo propio Charles
Aznavour y Georges Brassens.
En 1995 fue el turno
de Jean-Michel Jarre y en el 2000,
lo fue de Johnny Hollyday
La Torre Eiffel
también ha sido fuente de inspiración en la pintura, ha cobrado protagonismo en televisión, formado parte de videojuegos
y, por supuesto, como escenario emblemático de cine.
Desde los comienzos
de este arte, los cineastas más ilustres la filmaron en todas formas de
metraje: cortos, documentales, largometrajes, etc.
Ya más recientemente apareció en una secuencia de Supermán II
(1980), justo al comienzo de la película.
También en la de James Bond, Panorama para matar (1985) donde el personaje de la actriz Grace Jones salta y planea desde una
altura de más de 200 m.
Y en las
catastrofistas de 1996, Independence Day
y Marcianos al ataque. O Armageddon (1998). Sin olvidarnos de Hora Punta 3 (2007) y G.I. Joe: The rise of Cobra (2009).
Pero dejando a un
lado su evidente atractivo turístico hay otro factor, aparte de los ya
reseñados, que ha posibilitado el mantenimiento en pie de este monumento
durante todos estos años. Y no es otro que su interés científico. (Continuará)
Me gustaría leer en el blog lo que habló en la radio sobre Arquímedes y su ¡Eureka!
ResponderEliminarGracias y enhorabuena