(Continuación) La unidad astronómica, de símbolo ua, es una unidad de distancia que vale, aproximadamente, la distancia media entre la Tierra y el Sol.
Por tanto, a diferencia del año-luz, no es una unidad que esté basada en la velocidad de la luz.
Su valor experimental es alrededor de 149 597 870 km (1,495 978 70 · 1011 m). Y aunque es una excelente aproximación, ha de saber que no se corresponde de forma precisa con la órbita real de la Tierra.
Por ahora sólo diremos que, en su definición, han intervenido los mayores científicos a lo largo de la historia. Desde Hiparco hasta Gauss, pasando por Copérnico, Kepler, Huygens, Halley, etcétera.
Para nuestros cálculos podemos utilizar la siguiente equivalencia:
En esta nueva unidad el Sol está, claro, a 1 ua, es el patrón unidad; la Luna a 0,0026 ua de nosotros; Júpiter a 5,2 ua del Sol; Plutón está a una distancia media de 39,5 ua del Sol; y la estrella Alfacentauro a casi 100 000 ua.
Demasiado lejos. Demasiada frialdad espacial.
Existen dos acepciones para este número, diferenciándose en el valor.
Una, utilizada en Europa y la gran mayoría de países hispanoamericanos, en las que su valor es un millón de millones; es decir: 1000 000 000 000 o 1012. Se la conoce como escala larga.
Por el contrario, en la gran mayoría de países de habla inglesa, y algunos otros, su valor es el de mil millones; es decir: 1 000 000 000 o 109. O sea mil veces menor. Es la escala corta.
El problema viene porque este término en inglés se escribe ‘billion’, por lo que resulta casi inevitable traducirlo al español por billón, con el importante error cuantitativo que esa traducción entraña.
Y que de hecho se ha producido más de una vez. Con las imprevisibles consecuencias, que ya se puede imaginar derivan de ello.
Una propuesta en principio lógica, y que sin embargo no ha tenido éxito en lengua española.
La razón habría que buscarla, quizás, en el hecho de que la expresión mil millones no es en absoluto ambigua y, además, es entendible por todos. Así que, para qué utilizar una nueva.
Es la ley de la economía universal que campea por todos los territorios. Pero, ¡ojo!
Mucho cuidado cuando maneje datos, originales en lengua inglesa, traducidos por alguien del que no tenga seguridad que conozca lo que les he contado.
Si no es así, se le podrían ir al garete todos los cálculos que realice. Y que de forma inevitable tendrá que realizar. Porque el hombre, por su propia conveniencia, utiliza diferentes unidades de acuerdo con sus necesidades.
Y en el caso de las distancias estelares en el que estamos inmersos, se ha inventado una tercera unidad que añadir a la del año-luz y sus derivados (hora-luz, minuto-luz y segundo-luz) y la unidad astronómica, comentada en otra entrada bloguera.
Se trata del parsec.
Por tanto, a diferencia del año-luz, no es una unidad que esté basada en la velocidad de la luz.
Su valor experimental es alrededor de 149 597 870 km (1,495 978 70 · 1011 m). Y aunque es una excelente aproximación, ha de saber que no se corresponde de forma precisa con la órbita real de la Tierra.
Por ahora sólo diremos que, en su definición, han intervenido los mayores científicos a lo largo de la historia. Desde Hiparco hasta Gauss, pasando por Copérnico, Kepler, Huygens, Halley, etcétera.
Para nuestros cálculos podemos utilizar la siguiente equivalencia:
1 ua ≈ 1,5 × 1011 m ≈ 499 segundos-luz ≈ 8,32 minutos-luz ≈
En esta nueva unidad el Sol está, claro, a 1 ua, es el patrón unidad; la Luna a 0,0026 ua de nosotros; Júpiter a 5,2 ua del Sol; Plutón está a una distancia media de 39,5 ua del Sol; y la estrella Alfacentauro a casi 100 000 ua.
Demasiado lejos. Demasiada frialdad espacial.
Diferenciando los billones europeos de los estadounidenses
Esta vocación de servicio público con la nació este blog me exige, antes de seguir con estas entradas relacionadas con las astronómicas unidades de medidas (recuerden año-luz, hora-luz, minuto-luz, segundo-luz y unidad astronómica), me exige les decía, hacer una precisión relacionada con el término billón.Existen dos acepciones para este número, diferenciándose en el valor.
Una, utilizada en Europa y la gran mayoría de países hispanoamericanos, en las que su valor es un millón de millones; es decir: 1000 000 000 000 o 1012. Se la conoce como escala larga.
Por el contrario, en la gran mayoría de países de habla inglesa, y algunos otros, su valor es el de mil millones; es decir: 1 000 000 000 o 109. O sea mil veces menor. Es la escala corta.
El problema viene porque este término en inglés se escribe ‘billion’, por lo que resulta casi inevitable traducirlo al español por billón, con el importante error cuantitativo que esa traducción entraña.
Y que de hecho se ha producido más de una vez. Con las imprevisibles consecuencias, que ya se puede imaginar derivan de ello.
Millardo
Por eso en 1995, a petición de Venezuela, fue introducida en la Real Academia Española el término millardo, como traducción de la inglesa billion. Su significado, el de mil millones.Una propuesta en principio lógica, y que sin embargo no ha tenido éxito en lengua española.
La razón habría que buscarla, quizás, en el hecho de que la expresión mil millones no es en absoluto ambigua y, además, es entendible por todos. Así que, para qué utilizar una nueva.
Es la ley de la economía universal que campea por todos los territorios. Pero, ¡ojo!
Mucho cuidado cuando maneje datos, originales en lengua inglesa, traducidos por alguien del que no tenga seguridad que conozca lo que les he contado.
Si no es así, se le podrían ir al garete todos los cálculos que realice. Y que de forma inevitable tendrá que realizar. Porque el hombre, por su propia conveniencia, utiliza diferentes unidades de acuerdo con sus necesidades.
Y en el caso de las distancias estelares en el que estamos inmersos, se ha inventado una tercera unidad que añadir a la del año-luz y sus derivados (hora-luz, minuto-luz y segundo-luz) y la unidad astronómica, comentada en otra entrada bloguera.
Se trata del parsec.
Estoy harto de escuchar confusiones entre basadas en la incorrección de billion=billón.
ResponderEliminarOjalá todos los redactores de más de un periódico se enrocasen de vez en cuando para bien de todos.