Es la versión tatuajera de la chusca e irreverente frase "Confundir el culo con las témporas", en realidad, dos términos incompatibles o alejados entre sí. Como bien saben las témporas son los cuatro tiempos litúrgicos, en los que era preceptivo ayunar al comienzo de las estaciones.
Así que ya me dirán qué es lo que tienen que ver. Claro, que hay otra interpretación...
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