martes, 24 de agosto de 2010

Dar un giro de 360º (I)


Es una de esas expresiones que todos hemos oído, leído, incluso, algunos pronunciado y escrito, en más de una ocasión. Desde a un compañero en el trabajo o un amigo en una charla informal, hasta un periodista en un medio de comunicación, pasando por el “friki”, tertuliano, superviviente, triunfito o lo que sea de turno de televisión.

Y así nos encontramos con: “España necesita dar un giro de 360 º a su legislación laboral” o “El caso está en fase de investigación y podría dar un giro de 360 º” sin olvidarnos del vitalista “Quiero darle a mi vida un giro de 360 º”.

Dicho así, parece que está claro lo que se pretende. Con esta expresión los hablantes pensamos que transmitimos la idea de un cambio rotundo y radical.

Sin embargo, pensado mejor, esta expresión no se ajusta a la idea que se quiere trasmitir. De hecho es todo lo contrario de lo que queremos decir.

Basta con que lo pensemos con detenimiento, recurriendo a unos elementales conocimientos de Matemáticas.

Pensando con detenimiento
De la enseñanza secundaria recordamos que el grado, entre otras acepciones para designar distintas escalas de medición, es la unidad de la magnitud ángulo en el plano. Una magnitud derivada del SI.

Y que en la escala sexagesimal, una circunferencia contiene 360 º.

De modo que en realidad, al girar 360 º, lo que hacemos es quedarnos tal como estábamos.

Si le parece, le propongo un sencillo experimento mental. Imagine que se pone de pie en medio de su dormitorio y de frente tiene la pared donde está la puerta de entrada al mismo.

Si se gira en el mismo lugar 90 º a la derecha, entonces lo que pasa a tener enfrente es, por ejemplo, el cuarto de baño.

Si hace lo propio otros 90 º, por lo que ya lleva 180 º girados, entonces lo que ve es la pared donde están, por decir algo, los armarios.

Si continua girando otros 90 º, por lo que ya lleva 270 º girados, entonces ve la pared donde está la cabecera de su cama.

Y si en el mismo sentido se gira ahora otros 90 º, por lo que ya lleva 360 º girados, entonces lo que ve es…

… En efecto, la pared donde está la puerta de entrada al dormitorio. Justo donde empezó.

Es decir que no ha cambiado nada, el hecho de dar un giro de 360º.

Entonces, ¿dónde está el cambio radical? ¿Se da cuenta?

Para estas cosas, precisamente, sirven las matemáticas. Para no quedar como un simple ignaro.

Visto así, si lo que queremos es transmitir el mayor de los cambios, la expresión correcta que debemos utilizar es: “Dar un giro de 180 º”. No hay mayor cambio posible.

Así, girando 180 º, sí que terminamos lo más diferente y alejado posible de la posición inicial. Miramos al lado opuesto del que mirábamos. No se puede cambiar más.

Entendido esto se comprende porqué algunas personas, después de haber llevado a la práctica lo de: “Quiero darle a mi vida un giro de 360 º”, terminan diciendo aquello otro de:

“Ayer, le di un giro de 360 º a mi vida. Resultado: me mareé”
.

Es lo máximo que se puede esperar de tal tontería giratoria. (Continuará)

2 comentarios:

  1. Como en la pelicula Last Action Hero... 180º! SI DARIA UN GIRO DE 360º ESTARIA EN EL MISMO LUGAR, ITALIANO EST*PIDO! y luego le dispara

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