(Continuación) Cuando alguien hace lo que hacen estos señores.
Hablar de una “supuesta” ciencia oficial. Sostener que los fundamentos de una disciplina son erróneos. Hacerlo sin aportar prueba alguna. Y además, sin quererse someter a una revisión por pares.
Entonces, lo más seguro, es que estén errados en sus planteamientos y erráticos en sus evoluciones.
Como el mismo Jabulani, vamos.
Lo que hacen es aciencia. Pseudocientifismo. O falsa ciencia. Y mientras están en ese menester, ellos serán cualquier cosa menos científicos, haciendo ciencia.
La prueba definitiva de hasta dónde puede llegar la estupidez globalizada de la que les hablaba al principio.
Al parecer se trata de un pulpo nacido en un acuario inglés y que, por motivos no aclarados, fue trasladado a uno de los centros de la misma cadena en Alemania.
Por lo que dicen, lo único poético que se puede contar de él es la historia de su nombre: fue tomado de un poema de un escritor alemán de literatura infantil.
El nombre del poema es imprescindible darlo: “El calamar Paul”. El del poeta, por el contrario, es del todo prescindible, por lo que lo omito.
Del resto de su vida, les hablo del pulpo, de la vida que conocemos, lo cierto es que contiene más prosa que otra cosa. Me explico.
Como saben, el animal apunta dotes de adivino. Y muestra maneras de estrella mediática. O sea. Una bomba para los medios de comunicación.
Con ademanes tranquilos y movimientos pulpólogos, Paul, parece poseer el poder paranormal de la adivinación. Algo que, estarán conmigo, es impropio en un cefalópodo.
Pero evidencias no faltan. Este visionario de ocho patas parece haber acertado todas las profecías futboleras que ha realizado para el Mundial.
¿Es esto posible? ¡Pues claro que no!
Aunque pueda parecer una obviedad, afirmo rotundamente que un pulpo no puede predecir el futuro.
De hecho ningún ser vivo puede hacerlo. Y quien afirme algo así miente como un bellaco. Por decirlo suave.
Pero volviendo a nuestro paranormal amigo ¿Qué se puede objetar a la gratuita afirmación de sus poderes adivinatorios, desde una actitud escéptica, una formación científica y un talante racional? Veamos.
Cualquier experto en cálculos y probabilidades les puede aclarar que, el hecho de haber acertado el 100% de los resultados es una cuestión meramente aleatoria, y que no implica la posesión de poderes extraordinarios.
Presuponiendo que no ha habido trampa ni cartón, en cada predicción Paul tenía un 50% de probabilidad de acertar. Y hacerlo siete veces seguidas tan solo, no es significativa de nada.
Sencillamente es demasiado corta la serie de acierto.
¿O es que si usted tira una moneda al aire seis veces y acierta las seis veces si va a ser cara o cruz se considera un vidente? A que no. Pues igual el pulpo.
Conforme más veces se sometan a prueba las supuestas habilidades del cefalópodo, más aumentarán sus errores, aproximándose su porcentaje de aciertos al 50%, al puro azar. Como en su caso.
2) La segunda objeción parte de la consideración de que el pulpo podría estar influido por sus cuidadores. De manera que acertase los partidos en función de lo que estos le ordenasen escoger.
Como otros seres vivos, el comportamiento de los pulpos puede ser fácilmente manipulable ya que son capaces de aprender por estímulos sensoriales de acierto/error y memorizar un recorrido determinado.
Se considera que los pulpos, aunque primos de las vieiras, tienen un cerebro mucho más desarrollado, con una inteligencia similar a la de las ratas. O sea que.
Lo que haría que se pudieran sentir atraído por el gran contraste que manifiesta la bandera española.
Claro que en el caso de Holanda ésta es también muy llamativa, por lo que en esta ocasión, en el buen augurio, podría haber influido la casualidad. Ya lo hemos comentado.
4) La cuarta objeción provendría de que se hubiera hecho trampa mediante el estado de la comida, en este caso bivalvos.
Si un mejillón estuviese en mejores condiciones que otro, el pulpo no le quepa la menor duda, es muy capaz de distinguirlo.
5) Por último un detalle. Al parecer es bastante improbable que este ejemplar del Mundial sea el mismo que el de la Eurocopa. Pues éste, por aquel entonces, ya era un adulto y los pulpos no suelen tener una esperanza de vida superior a los dos o tres años.
Si quieren que les diga la verdad, de todo lo que he oído ,lo único sensato en todo el asunto éste del octópodo ha salido de la boca de uno de los héroes de Sudáfrica: el defensa Carlos Marchena.
Al ser preguntado sobre el tema pulpero, con cara de extrañeza dijo:
“Pero si es sólo un pulpo”.
Pues claro que sí tocayo. Muy bien contestado. Como tú, también me niego a creer que la estupidez mueva al mundo.
Por cierto,
Hablar de una “supuesta” ciencia oficial. Sostener que los fundamentos de una disciplina son erróneos. Hacerlo sin aportar prueba alguna. Y además, sin quererse someter a una revisión por pares.
Entonces, lo más seguro, es que estén errados en sus planteamientos y erráticos en sus evoluciones.
Como el mismo Jabulani, vamos.
Lo que hacen es aciencia. Pseudocientifismo. O falsa ciencia. Y mientras están en ese menester, ellos serán cualquier cosa menos científicos, haciendo ciencia.
Paul, el Pulpo Pitoniso
Pero el balón Jabulani no es lo único de este Mundial que ha desbordado el ámbito de la cancha de futbol y se ha colado de rondón en el campo de la ciencia y los laboratorios. Les hablo del Pulpo Pitoniso Paul.La prueba definitiva de hasta dónde puede llegar la estupidez globalizada de la que les hablaba al principio.
Al parecer se trata de un pulpo nacido en un acuario inglés y que, por motivos no aclarados, fue trasladado a uno de los centros de la misma cadena en Alemania.
Por lo que dicen, lo único poético que se puede contar de él es la historia de su nombre: fue tomado de un poema de un escritor alemán de literatura infantil.
El nombre del poema es imprescindible darlo: “El calamar Paul”. El del poeta, por el contrario, es del todo prescindible, por lo que lo omito.
Del resto de su vida, les hablo del pulpo, de la vida que conocemos, lo cierto es que contiene más prosa que otra cosa. Me explico.
Como saben, el animal apunta dotes de adivino. Y muestra maneras de estrella mediática. O sea. Una bomba para los medios de comunicación.
Con ademanes tranquilos y movimientos pulpólogos, Paul, parece poseer el poder paranormal de la adivinación. Algo que, estarán conmigo, es impropio en un cefalópodo.
Pero evidencias no faltan. Este visionario de ocho patas parece haber acertado todas las profecías futboleras que ha realizado para el Mundial.
¿Es esto posible? ¡Pues claro que no!
Aunque pueda parecer una obviedad, afirmo rotundamente que un pulpo no puede predecir el futuro.
De hecho ningún ser vivo puede hacerlo. Y quien afirme algo así miente como un bellaco. Por decirlo suave.
Pero volviendo a nuestro paranormal amigo ¿Qué se puede objetar a la gratuita afirmación de sus poderes adivinatorios, desde una actitud escéptica, una formación científica y un talante racional? Veamos.
Algunas objecciones pulpenses
1) La más elemental es asociar los aciertos al azar, a una consecuencia de la casualidad.Cualquier experto en cálculos y probabilidades les puede aclarar que, el hecho de haber acertado el 100% de los resultados es una cuestión meramente aleatoria, y que no implica la posesión de poderes extraordinarios.
Presuponiendo que no ha habido trampa ni cartón, en cada predicción Paul tenía un 50% de probabilidad de acertar. Y hacerlo siete veces seguidas tan solo, no es significativa de nada.
Sencillamente es demasiado corta la serie de acierto.
¿O es que si usted tira una moneda al aire seis veces y acierta las seis veces si va a ser cara o cruz se considera un vidente? A que no. Pues igual el pulpo.
Conforme más veces se sometan a prueba las supuestas habilidades del cefalópodo, más aumentarán sus errores, aproximándose su porcentaje de aciertos al 50%, al puro azar. Como en su caso.
2) La segunda objeción parte de la consideración de que el pulpo podría estar influido por sus cuidadores. De manera que acertase los partidos en función de lo que estos le ordenasen escoger.
Como otros seres vivos, el comportamiento de los pulpos puede ser fácilmente manipulable ya que son capaces de aprender por estímulos sensoriales de acierto/error y memorizar un recorrido determinado.
Se considera que los pulpos, aunque primos de las vieiras, tienen un cerebro mucho más desarrollado, con una inteligencia similar a la de las ratas. O sea que.
Y otras más
3) Otro considerando está basado en el hecho de que, aunque los pulpos no pueden distinguir los colores, sí pueden distinguir tonos y formas.Lo que haría que se pudieran sentir atraído por el gran contraste que manifiesta la bandera española.
Claro que en el caso de Holanda ésta es también muy llamativa, por lo que en esta ocasión, en el buen augurio, podría haber influido la casualidad. Ya lo hemos comentado.
4) La cuarta objeción provendría de que se hubiera hecho trampa mediante el estado de la comida, en este caso bivalvos.
Si un mejillón estuviese en mejores condiciones que otro, el pulpo no le quepa la menor duda, es muy capaz de distinguirlo.
5) Por último un detalle. Al parecer es bastante improbable que este ejemplar del Mundial sea el mismo que el de la Eurocopa. Pues éste, por aquel entonces, ya era un adulto y los pulpos no suelen tener una esperanza de vida superior a los dos o tres años.
Si quieren que les diga la verdad, de todo lo que he oído ,lo único sensato en todo el asunto éste del octópodo ha salido de la boca de uno de los héroes de Sudáfrica: el defensa Carlos Marchena.
Al ser preguntado sobre el tema pulpero, con cara de extrañeza dijo:
“Pero si es sólo un pulpo”.
Pues claro que sí tocayo. Muy bien contestado. Como tú, también me niego a creer que la estupidez mueva al mundo.
Por cierto,
Enhorabuena campeones.
Felicidades España.
Felicidades España.
Me ha encantado, de lo más completo y claro que he leido
ResponderEliminarGracias
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