Tal como estaba anunciado el pasado martes 23 de marzo tuvo lugar el acto.
Fue presentado por la presidenta del Ateneo Cultural y Solidario la señora Encarnación Navarro, a quien le quiero agradecer, de nuevo y ahora, desde este negro sobre blanco cibernético, la amable, cariñosa y excesiva presentación que hizo de mi persona.
En otro orden de agradecimientos, vaya uno para el público asistente. No sólo por su presencia, sino por su atenta participación.
Y otro para la propia FNAC y el responsable del Foro Cultural, Manuel Pilar, por su constante interés y disposición a mis solicitudes.
Y vamos al asunto de este trasunto sabanero. Para empezar, les diré que la charla transcurrió más o menos según lo previsto. Sorpresa incluida. Les cuento.
Por evidentes razones de tiempo no realicé un recorrido por toda la historia de la Síndone. No era esa la finalidad.
Más bien lo que traté de hacer fue un análisis científico, de los “supuestos datos empíricos” aportados por los autodenominados “sindonólogos”, a la vez que un recorrido por las diferentes opiniones que, sobre ella, tienen distintos sectores de la sociedad.
Es decir las partes afectadas. A saber: Iglesia, comunidad científica y creyentes cristianos. Y aquí vino la sorpresa. No fueron pocos los asistentes que se sorprendieron al saber que todas coinciden.
Sí. Como lo leen. Para Iglesia, Ciencia y creyentes, la Sábana Santa es tan solo un icono. Es decir, una reproducción más, como otras muchas imágenes y objetos que tenemos.
Pero no es una reliquia. No es un resto auténtico de Jesucristo.
Sin embargo, esto parece importar poco a los “sabanistas”. A pesar de que la realidad se muestra tozuda, para ellos eso no significa nada.
Para los “sabanasanteros”, todos, Iglesia, Ciencia y creyentes están, estamos, equivocados. Sólo ellos poseen la verdad.
Parece mentira que dijera apóstol Juan lo de: ‘Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres`. Pues ni por esa.
La Sábana Santa, ¿es una milagrosa realidad, o se trata sólo de una falsificación humana?
Una pregunta cuya respuesta exige desvelar no pocas interrogantes: ¿Qué opina de ella la Iglesia? ¿Cuál es el papel que juega en el Cristianismo? ¿Es un dogma de fe? Eso por una parte.
De otra ¿Cuál es el informe técnico que proporciona la Ciencia? ¿Cuánto de comprobado hay, acerca de la supuesta naturaleza divina del lienzo? Y por supuesto.
¿Qué creen los creyentes? ¿Qué piensan de ella? ¿Qué papel juega, en realidad, en la creencia del creyente?
En definitiva, ¿qué hay detrás de este lienzo? ¿Fe, credulidad, ignorancia, fraude? ¿Una mezcla de todo?
Ya les avisé. No son pocas las incógnitas que parecen surgir alrededor de este objeto. A saber cuántas de ellas pudieron ser despejadas en la charla.
Aunque por otro lado, como dice un viejo proverbio hindú, ‘¿Qué ve un ciego aunque se le ponga una lámpara en la mano?’. Pues es verdad.
Fue presentado por la presidenta del Ateneo Cultural y Solidario la señora Encarnación Navarro, a quien le quiero agradecer, de nuevo y ahora, desde este negro sobre blanco cibernético, la amable, cariñosa y excesiva presentación que hizo de mi persona.
En otro orden de agradecimientos, vaya uno para el público asistente. No sólo por su presencia, sino por su atenta participación.
Y otro para la propia FNAC y el responsable del Foro Cultural, Manuel Pilar, por su constante interés y disposición a mis solicitudes.
Y vamos al asunto de este trasunto sabanero. Para empezar, les diré que la charla transcurrió más o menos según lo previsto. Sorpresa incluida. Les cuento.
Por evidentes razones de tiempo no realicé un recorrido por toda la historia de la Síndone. No era esa la finalidad.
Más bien lo que traté de hacer fue un análisis científico, de los “supuestos datos empíricos” aportados por los autodenominados “sindonólogos”, a la vez que un recorrido por las diferentes opiniones que, sobre ella, tienen distintos sectores de la sociedad.
Es decir las partes afectadas. A saber: Iglesia, comunidad científica y creyentes cristianos. Y aquí vino la sorpresa. No fueron pocos los asistentes que se sorprendieron al saber que todas coinciden.
Sí. Como lo leen. Para Iglesia, Ciencia y creyentes, la Sábana Santa es tan solo un icono. Es decir, una reproducción más, como otras muchas imágenes y objetos que tenemos.Pero no es una reliquia. No es un resto auténtico de Jesucristo.
Sin embargo, esto parece importar poco a los “sabanistas”. A pesar de que la realidad se muestra tozuda, para ellos eso no significa nada.
Para los “sabanasanteros”, todos, Iglesia, Ciencia y creyentes están, estamos, equivocados. Sólo ellos poseen la verdad.
Parece mentira que dijera apóstol Juan lo de: ‘Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres`. Pues ni por esa.
La Sábana Santa, ¿es una milagrosa realidad, o se trata sólo de una falsificación humana?
Una pregunta cuya respuesta exige desvelar no pocas interrogantes: ¿Qué opina de ella la Iglesia? ¿Cuál es el papel que juega en el Cristianismo? ¿Es un dogma de fe? Eso por una parte.
De otra ¿Cuál es el informe técnico que proporciona la Ciencia? ¿Cuánto de comprobado hay, acerca de la supuesta naturaleza divina del lienzo? Y por supuesto.
¿Qué creen los creyentes? ¿Qué piensan de ella? ¿Qué papel juega, en realidad, en la creencia del creyente?
En definitiva, ¿qué hay detrás de este lienzo? ¿Fe, credulidad, ignorancia, fraude? ¿Una mezcla de todo?
Ya les avisé. No son pocas las incógnitas que parecen surgir alrededor de este objeto. A saber cuántas de ellas pudieron ser despejadas en la charla.
Aunque por otro lado, como dice un viejo proverbio hindú, ‘¿Qué ve un ciego aunque se le ponga una lámpara en la mano?’. Pues es verdad.
Debería escribir sobre lo que habló.
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