Les contaba en una entrada anterior que Tomlinson, en su primer correo electrónico con mensaje, explicaba el sentido del símbolo @ y cómo emplearlo. De simple separador (1) entre el nombre del usuario y el del servidor de acceso a Internet.
Con posterioridad justificaba así su elección: “Necesitaba un símbolo que no se utilizara en ninguna palabra. La terminal KSR 33 con la que yo trabajaba por aquel entonces sólo tenía los símbolos !@#$%^&*()_ +=[]\;:'",./?><”.
Y de entre los que estaban libres eligió a la @. En inglés, @ se lee como “at sign”. Hace el papel de una preposición que nos indica un lugar (se traduce por “en”).
Aunque este uso es el más popular, no era la primera vez que se utilizaba el símbolo en informática. Con anterioridad se incluyó en la expresión de diferentes programas, ante la necesidad que se tenía de utilizar signos de control metalingüísticos (2). Así la utilizaron también herramientas informáticas como el BASIC, dBase III plus, el sistema operativo MS DOS 3.3 y posteriores, etc.
Nada nuevo bajo el Sol
Este empleo actual de la @ como símbolo informático, si bien el último, no ha sido el único. Como ya sabemos, el teclado informático procede del de las máquinas de escribir (3), entre cuyos caracteres ya estaba la @. No por motivos informáticos, obviamente, sino comerciales.En un principio era utilizada en el mundo anglosajón como símbolo comercial de precio unitario (4). Los comerciantes escribían a mano: “@$5", para indicar “a cinco dólares”. Se la conocía como la “a comercial”. Gramaticalmente también era una preposición.
No fue hasta finales del siglo XIX, con la revolución industrial, cuando pasó a los teclados de las máquinas de escribir.
Pero el primer uso de este símbolo por parte del hombre, manual o mecánico, no fue ni mucho menos el comercial de los anglosajones. Los orígenes de este símbolo, en realidad, son algo confusos. Si bien parece haber un cierto consenso entre los investigadores, al situar su origen paleográfico en la preposición latina “ad” (5), que durante la Edad Media evolucionó hacia una contracción o ligadura. Me explico.
En latín, los copistas, al escribir la preposición "ad" -que significa hasta o hacia- lo hacían alargando hacia la izquierda el trazo ascendente de la d en forma curva, de manera que llegaban, en algunas grafías medievales, incluso a envolver a la a.
Este “adorno” fue copiado a través de muchas generaciones, llegando a convertirse en la actual arroba @. Ya lo dijeron los clásicos, nihil novum sub solem.
Sin embargo, existen pruebas de que el símbolo @, no sólo fue empleado en el mundo occidental. También en el mundo árabe privó su uso. Procede de la voz “Ar roub” que significa "un cuarto", y era usado como unidad principal de medida (6), tanto de masa como de capacidad. Lo fue primero en España y posteriormente, tras el Descubrimiento, a partir de 1500, en Hispanoamérica.
Sin embargo su uso empezó a declinar a mediados del siglo XIX, cuando se impuso el Sistema Métrico Decimal. La arroba dejó de tener existencia oficial en 1859, hace ya 150 años. Lo que no ha sido óbice para que, aún en nuestros días y sobre todo en el mundo rural, siga conviviendo con el kilogramo (kg) y el litro (L).
Les recuerdo que una arroba, si hablamos de capacidad y según sea de vino o de aceite equivalen a 15,96 L (de vino) o a 12,56 L (de aceite). Y si lo hacemos de masa a 11,50 kg.
Es tal vez, un mérito -otro más- de nuestro olvidadizo ingeniero. Ser el responsable de que el símbolo arroba esté casi tan integrado en la conciencia colectiva de la humanidad, como las propias letras que componen el abecedario.
Y en esa labor, Sevilla tuvo algo que ver. Ya se lo contaré.
hace tiempo que nopone pasatiempos
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