Y en otro orden de asuntos, ya hemos comentado las primeras palabras de Armstrong al pisar por primera vez la Luna.
Unas palabras que fueron transmitidas a la Tierra, escuchadas por millones de personas y a las que siguieron varios comentarios más.
Los usuales entre astronautas y centro de control. Nada fuera de lo corriente. Es historia conocida que se encuentra recogida en cintas de grabación. Sin embargo…
Lo que no es tan conocido, pretende pasar por historia, no tiene nada de corriente y no está grabado en ningún lado, es la supuesta expresión que -al término del primer paseo lunar y momentos antes de introducirse en la nave- al parecer Armstrong pronunció.
Unas palabras, nada usuales en ese contexto, que durante casi 30 años han sido un misterio. Ahí va lo que dijo: “Buena suerte, Mr. Gorsky” ¿A quien se refería? ¿Por qué lo dijo? De manera oficial nadie sabía nada. Era un misterio. Pero decir, decían. Unos, otros y esotros.
Sin embargo, tras comprobarlo, no se encontró ningún Gorsky en el programa espacial soviético. Ni tampoco, por supuesto, en el estadounidense. No existía nadie con ese apellido.
Era alto secreto lunar. Es lo único que tenían, un comentario misterioso dentro de un secreto astronáutico.
Otros cuentan también que, siempre que Armstrong era preguntado por el significado de sus palabras, él se limitaba a esbozar una enigmática sonrisa y a cambiar de tercio. Pues perfecto.
Ahora tenemos un misterio dentro de un secreto y envuelto en un enigma. El tiempo transcurrió y, con él, la leyenda de la frase creció.
Esotros refieren que el 5 de julio de 1995, Armstrong, se encontraba en Tampa Bay, Florida, dando una conferencia. Al final de la misma salió a relucir, cómo no, la enigmática frase de, hacía ya, 26 años.
Lo sorprendente fue que esta vez, respondió ¡Por fin! Lo hacía porque, el tal Mr. Gorsky, ya había fallecido, y el astronauta consideraba que podía ser indiscreto.
Al parecer, todo empezó cuando él todavía era un niño.
Cierto día que estaba jugando al béisbol, en el patio trasero de su casa con un amigo, una bola que éste bateó con excesiva fuerza, llegó hasta el jardín del vecino, muy cerca de la ventana del dormitorio conyugal.
Los vecinos eran los señores Gorsky.
El joven Neil fue por la pelota y, cuando se agachó para recogerla, oyó a la señora Gorsky gritar: “¡Sexo oral! ¿Quieres sexo oral? ¡Lo tendrás cuando el chico del vecino se pasee por la Luna!”.
Ésa es la historia que dicen que contó. Qué les parece. Raro, ¿verdad?
Pero bueno. Estas cosas pasan. Y hasta aquí la pretendida historia.
(1) En las grabaciones de la misión Apolo 11 no aparece dicha expresión por ningún lado.
(2) Armstrong nunca dio esa conferencia en Tampa Bay, y jamás contó esa historia en ningún otro lugar o momento.
(3) Es más. Armstrong llegó a dar una rueda de prensa desmintiendo toda esta leyenda urbana. La desmintió de "pe a pa".
(4) Unas últimas informaciones hacen pensar que la falsa historia tiene su origen en un chiste de un humorista de la época, un tal Buddy Hackett.
De modo que no es más que eso. Un rumor simpático, una historia falsa, que cuajó.
Una pena, aunque, como dicen los italianos: “E se non e vero, e ben trovato” (Y si no es verdad, está bien inventado).
Qué le vamos a hacer. Estas cosas pasan también.
Unas palabras que fueron transmitidas a la Tierra, escuchadas por millones de personas y a las que siguieron varios comentarios más.
Los usuales entre astronautas y centro de control. Nada fuera de lo corriente. Es historia conocida que se encuentra recogida en cintas de grabación. Sin embargo…
Lo que no es tan conocido, pretende pasar por historia, no tiene nada de corriente y no está grabado en ningún lado, es la supuesta expresión que -al término del primer paseo lunar y momentos antes de introducirse en la nave- al parecer Armstrong pronunció.
Unas palabras, nada usuales en ese contexto, que durante casi 30 años han sido un misterio. Ahí va lo que dijo: “Buena suerte, Mr. Gorsky” ¿A quien se refería? ¿Por qué lo dijo? De manera oficial nadie sabía nada. Era un misterio. Pero decir, decían. Unos, otros y esotros.
En busca de explicaciones
Unos dicen que en la NASA llegaron a pensar que podría tratarse de un comentario intrascendente, un saludo a algún cosmonauta soviético.Sin embargo, tras comprobarlo, no se encontró ningún Gorsky en el programa espacial soviético. Ni tampoco, por supuesto, en el estadounidense. No existía nadie con ese apellido.
Era alto secreto lunar. Es lo único que tenían, un comentario misterioso dentro de un secreto astronáutico.
Otros cuentan también que, siempre que Armstrong era preguntado por el significado de sus palabras, él se limitaba a esbozar una enigmática sonrisa y a cambiar de tercio. Pues perfecto.
Ahora tenemos un misterio dentro de un secreto y envuelto en un enigma. El tiempo transcurrió y, con él, la leyenda de la frase creció.
Esotros refieren que el 5 de julio de 1995, Armstrong, se encontraba en Tampa Bay, Florida, dando una conferencia. Al final de la misma salió a relucir, cómo no, la enigmática frase de, hacía ya, 26 años.
Lo sorprendente fue que esta vez, respondió ¡Por fin! Lo hacía porque, el tal Mr. Gorsky, ya había fallecido, y el astronauta consideraba que podía ser indiscreto.
Al parecer, todo empezó cuando él todavía era un niño.
Cierto día que estaba jugando al béisbol, en el patio trasero de su casa con un amigo, una bola que éste bateó con excesiva fuerza, llegó hasta el jardín del vecino, muy cerca de la ventana del dormitorio conyugal.
Los vecinos eran los señores Gorsky.
El joven Neil fue por la pelota y, cuando se agachó para recogerla, oyó a la señora Gorsky gritar: “¡Sexo oral! ¿Quieres sexo oral? ¡Lo tendrás cuando el chico del vecino se pasee por la Luna!”.
Ésa es la historia que dicen que contó. Qué les parece. Raro, ¿verdad?
Pero bueno. Estas cosas pasan. Y hasta aquí la pretendida historia.
Tras la verdad
Porque la realidad es otra. Veamos.(1) En las grabaciones de la misión Apolo 11 no aparece dicha expresión por ningún lado.
(2) Armstrong nunca dio esa conferencia en Tampa Bay, y jamás contó esa historia en ningún otro lugar o momento.
(3) Es más. Armstrong llegó a dar una rueda de prensa desmintiendo toda esta leyenda urbana. La desmintió de "pe a pa".
(4) Unas últimas informaciones hacen pensar que la falsa historia tiene su origen en un chiste de un humorista de la época, un tal Buddy Hackett.
De modo que no es más que eso. Un rumor simpático, una historia falsa, que cuajó.
Una pena, aunque, como dicen los italianos: “E se non e vero, e ben trovato” (Y si no es verdad, está bien inventado).
Qué le vamos a hacer. Estas cosas pasan también.
Me podría decir si es verdad que el hombre no estuvo en la Luna
ResponderEliminarAqui tienes un corto sobre el tema. http://youtu.be/LiFdRCbgXd8
ResponderEliminarGracias Anónimo por tu simpática colaboración.
ResponderEliminarEn los próximos días de la semana lo edito.