(Continuación) Hay algo que deben saber del Ojo de Dios. Perdón de la nebulosa planetaria Helix. A pesar de su nombre, este llamativo objeto celeste poco tiene que ver con los planetas.
En realidad es (son) un conglomerado gaseoso, un depósito de gas y polvo desprendido de una estrella que se estaba apagando.
El resplandor final de estrellas conocidas como de masa baja o intermedia, antes de convertirse en enanas blancas. Como saben, una enana blanca es el estado final en la evolución de una estrella. De todas. En un futuro, nuestra estrella, el Sol, también pasará por el estado de nebulosa planetaria. Pero no se preocupe. Aún quedan unos cinco mil millones de años.
Gracias a la resolución de las imágenes sabemos que, este “ojo espacial”, mide unos dos años luz, es decir, poco menos de 20 billones de kilómetros. Una experiencia visual única.
A pesar de que se estudia desde hace años, no se tiene clara aún su estructura, que sin duda es compleja. Se piensa que está formada por, al menos, dos discos separados por anillos y filamentos.
De aquellos, el interno, el más brillante, se expande a una velocidad de 100 000 km/h y ha tardado unos 12 000 años en formarse.
También se han observado unas pequeñas manchas en los anillos, conocidas como nudos de cometa, que poseen unas especies de colas de débil luminosidad. Se extienden desde la estrella central y parecen "gotitas de líquido que resbalan por un vidrio". Pero no se deje engañar por las apariencias. Aunque parecen minúsculos, cada nudo es casi tan grande como nuestro Sistema Solar.
En el interior de las nebulosas planetarias, el continuo desprendimiento de ráfagas de gas desde la superficie de la estrella, dibuja unas bellas e intrincadas formas artísticas, brillantes por la intensa radiación ultravioleta de la estrella. O sea, pálida pero muy caliente.
Pero esta última y detallada imagen de Helix nos ha permitido averiguar algo más. A través del gas incandescente de la nebulosa planetaria, los astrónomos han podido contemplar remotas galaxias agrupadas.
Se trata de "un rico trasfondo de galaxias distantes" que por lo general, no son visibles en otras instantáneas de este objeto. Sin duda Helix constituye uno de los "ejemplos más cercanos y espectaculares" de nebulosa planetaria.
En realidad es (son) un conglomerado gaseoso, un depósito de gas y polvo desprendido de una estrella que se estaba apagando.
El resplandor final de estrellas conocidas como de masa baja o intermedia, antes de convertirse en enanas blancas. Como saben, una enana blanca es el estado final en la evolución de una estrella. De todas. En un futuro, nuestra estrella, el Sol, también pasará por el estado de nebulosa planetaria. Pero no se preocupe. Aún quedan unos cinco mil millones de años.
Gracias a la resolución de las imágenes sabemos que, este “ojo espacial”, mide unos dos años luz, es decir, poco menos de 20 billones de kilómetros. Una experiencia visual única.
Composición de la nebulosa
A pesar de que se estudia desde hace años, no se tiene clara aún su estructura, que sin duda es compleja. Se piensa que está formada por, al menos, dos discos separados por anillos y filamentos.
De aquellos, el interno, el más brillante, se expande a una velocidad de 100 000 km/h y ha tardado unos 12 000 años en formarse.
También se han observado unas pequeñas manchas en los anillos, conocidas como nudos de cometa, que poseen unas especies de colas de débil luminosidad. Se extienden desde la estrella central y parecen "gotitas de líquido que resbalan por un vidrio". Pero no se deje engañar por las apariencias. Aunque parecen minúsculos, cada nudo es casi tan grande como nuestro Sistema Solar.
La Helix y más allá
En el interior de las nebulosas planetarias, el continuo desprendimiento de ráfagas de gas desde la superficie de la estrella, dibuja unas bellas e intrincadas formas artísticas, brillantes por la intensa radiación ultravioleta de la estrella. O sea, pálida pero muy caliente.
Pero esta última y detallada imagen de Helix nos ha permitido averiguar algo más. A través del gas incandescente de la nebulosa planetaria, los astrónomos han podido contemplar remotas galaxias agrupadas.
Se trata de "un rico trasfondo de galaxias distantes" que por lo general, no son visibles en otras instantáneas de este objeto. Sin duda Helix constituye uno de los "ejemplos más cercanos y espectaculares" de nebulosa planetaria.
2009, Año Internacional de la Astronomía
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