Como es más que probable, sabrán que todos los dispositivos electrónicos que conocemos, esos de los que estamos rodeados, incorporan en su estructura unos elementos denominados condensadores electrolíticos normales.
Se trata de un componente electrónico, descubierto a mediados del siglo pasado, que posibilita el funcionamiento de teléfonos, televisores, radios, ordenadores, etc.
En fin, un dispositivo como pueden ver genial que, no obstante, tiene un inconveniente. Su tamaño no es pequeño. Y eso no va con nuestro ritmo de vida. Por lo que dejó de utilizarse.
En la actualidad se emplea un condensador electrolítico en particular, uno muy minúsculo, el de tántalo o tantalio, Ta(s) . Y en su ínfima dimensión está la razón del menor tamaño de todos estos aparatos a los que antes me refería.
Él es el que ha conseguido esas exigencias de miniaturización de los teléfonos móviles, ordenadores, pantallas de plasma, etc, que hoy rodean nuestras vidas. Y eso no es todo.
El tántalo es también la sustancia que ha permitido abaratar sus precios a la vez que incrementar sus prestaciones. Pequeño, barato, potente. Es el futuro del progreso.
También se le emplea en el desarrollo de otras nuevas tecnologías, tanto civil como militar: fabricación de videojuegos, armas inteligentes, implantes en medicina, levitación magnética y un largo etcétera.
Incluso en la industria aeroespacial su uso es idóneo. Forma parte de la ISS, la Estación Espacial Internacional, y hará lo propio en las futuras plataformas y bases espaciales extraterrestres.
- Su superconductividad (es mucho mejor conductor que el cobre)
- Su carácter ultrarrefractario (es capaz de soportar temperaturas muy elevadas, unos 3000 ºC),
- Además es muy maleable, dúctil y de gran dureza.
- Por otro lado, es un buen capacitor (un elemento electrónico capaz de almacena carga eléctrica de forma temporal y de liberarla cuando se necesita).
- Tiene también una alta resistencia a la corrosión.
- Y es inalterable al ataque de los ácidos; a excepción del ácido fluorhídrico HF(dis), poco abundante por otra parte. Este es en esencia el comportamiento del tantalio.
Como elemento químico el tantalio tiene de símbolo Ta, número atómico 73 y está situado en el grupo 5 de la Tabla Periódica de los Elementos Químicos. El grupo lo completan vanadio (V), niobio (Nb) y dubnio (Db).
Como sustancia simple hemos de saber que se trata de un metal de transición raro, azul grisáceo, duro, con brillo metálico y muy resistente a la corrosión.
En la naturaleza se encuentra en un mineral de nombre tantalita, que a su vez aparece mezclado a otro mineral llamado columbita. No es infrecuente que en la naturaleza los minerales se muestren mezclados entre sí, como en este caso.
Pues bien, al conglomerado de ambos, columbita y tantalita, se lo conoce por la abreviatura coltan o coltán.
De modo que coltan no es ni un mineral, ni un metal. Aunque algunos lo llamen el “oro gris” del siglo XXI. Ahora sabrán porqué.
Es precisamente del coltán de donde se extrae el tantalio que se emplea para elaborar los condensadores electrolíticos que les hablé en la anterior entrada. Esos que son imprescindibles en casi todos los dispositivos electrónicos conocidos. Y no tan conocidos.
Les hablo de los proyectos de alta tecnología como, por ejemplo, los satélites artificiales enviados al espacio. O el que posibilita el aterrizaje de un avión con 300 pasajeros, realizado sólo por GPS.
Desde el punto de vista químico ambos minerales, columbita y tantalita, son muy parecidos. La columbita es una mezcla de óxido de niobio, hierro y manganeso [(Fe, Mn)Nb2O6], mientras que la tantalita es una mezcla de óxido de tantalio, hierro y manganeso [(Fe, Mn)Ta2O6].
Como ven muy parecidos, sólo se diferencian en que uno tiene tantalio y el otro niobio. Motivo por el que a la columbita se le llama también niobita.
El excepcional uso del tantalio ha hecho que el precio del coltan se dispare y que los países en los que se encuentran sus yacimientos, se pueden considerar afortunados por poseerlos. Es la luz del coltán.
Lo malo es que ese mismo motivo, ha colocado a estos países en el codicioso punto de mira de las potencias mundiales económicas. Lo que ya no es tan afortunado. Es la sombra del coltán. Y del coltan al Congo.
Se trata de un componente electrónico, descubierto a mediados del siglo pasado, que posibilita el funcionamiento de teléfonos, televisores, radios, ordenadores, etc.
En fin, un dispositivo como pueden ver genial que, no obstante, tiene un inconveniente. Su tamaño no es pequeño. Y eso no va con nuestro ritmo de vida. Por lo que dejó de utilizarse.
En la actualidad se emplea un condensador electrolítico en particular, uno muy minúsculo, el de tántalo o tantalio, Ta(s) . Y en su ínfima dimensión está la razón del menor tamaño de todos estos aparatos a los que antes me refería.
Él es el que ha conseguido esas exigencias de miniaturización de los teléfonos móviles, ordenadores, pantallas de plasma, etc, que hoy rodean nuestras vidas. Y eso no es todo.
El tántalo es también la sustancia que ha permitido abaratar sus precios a la vez que incrementar sus prestaciones. Pequeño, barato, potente. Es el futuro del progreso.
También se le emplea en el desarrollo de otras nuevas tecnologías, tanto civil como militar: fabricación de videojuegos, armas inteligentes, implantes en medicina, levitación magnética y un largo etcétera.
Incluso en la industria aeroespacial su uso es idóneo. Forma parte de la ISS, la Estación Espacial Internacional, y hará lo propio en las futuras plataformas y bases espaciales extraterrestres.
¿Cuáles son las propiedades de este tantalio?
Esa es la pregunta: ¿Cuáles son las propiedades de este tantalio para que tenga tan extraordinario uso? Como comprenderán no son las usuales en las demás sustancias. Para los fines que nos traen hoy aquí, les voy a destacar:- Su superconductividad (es mucho mejor conductor que el cobre)
- Su carácter ultrarrefractario (es capaz de soportar temperaturas muy elevadas, unos 3000 ºC),
- Además es muy maleable, dúctil y de gran dureza.
- Por otro lado, es un buen capacitor (un elemento electrónico capaz de almacena carga eléctrica de forma temporal y de liberarla cuando se necesita).
- Tiene también una alta resistencia a la corrosión.
- Y es inalterable al ataque de los ácidos; a excepción del ácido fluorhídrico HF(dis), poco abundante por otra parte. Este es en esencia el comportamiento del tantalio.
Del tantalio al coltán
¿Pero qué es el tantalio? Quizás lo recuerde de los tiempos del instituto.Como elemento químico el tantalio tiene de símbolo Ta, número atómico 73 y está situado en el grupo 5 de la Tabla Periódica de los Elementos Químicos. El grupo lo completan vanadio (V), niobio (Nb) y dubnio (Db).
Como sustancia simple hemos de saber que se trata de un metal de transición raro, azul grisáceo, duro, con brillo metálico y muy resistente a la corrosión.
En la naturaleza se encuentra en un mineral de nombre tantalita, que a su vez aparece mezclado a otro mineral llamado columbita. No es infrecuente que en la naturaleza los minerales se muestren mezclados entre sí, como en este caso.
Pues bien, al conglomerado de ambos, columbita y tantalita, se lo conoce por la abreviatura coltan o coltán.
De modo que coltan no es ni un mineral, ni un metal. Aunque algunos lo llamen el “oro gris” del siglo XXI. Ahora sabrán porqué.
Es precisamente del coltán de donde se extrae el tantalio que se emplea para elaborar los condensadores electrolíticos que les hablé en la anterior entrada. Esos que son imprescindibles en casi todos los dispositivos electrónicos conocidos. Y no tan conocidos.
Les hablo de los proyectos de alta tecnología como, por ejemplo, los satélites artificiales enviados al espacio. O el que posibilita el aterrizaje de un avión con 300 pasajeros, realizado sólo por GPS.
Desde el punto de vista químico ambos minerales, columbita y tantalita, son muy parecidos. La columbita es una mezcla de óxido de niobio, hierro y manganeso [(Fe, Mn)Nb2O6], mientras que la tantalita es una mezcla de óxido de tantalio, hierro y manganeso [(Fe, Mn)Ta2O6].
Como ven muy parecidos, sólo se diferencian en que uno tiene tantalio y el otro niobio. Motivo por el que a la columbita se le llama también niobita.
El excepcional uso del tantalio ha hecho que el precio del coltan se dispare y que los países en los que se encuentran sus yacimientos, se pueden considerar afortunados por poseerlos. Es la luz del coltán.
Lo malo es que ese mismo motivo, ha colocado a estos países en el codicioso punto de mira de las potencias mundiales económicas. Lo que ya no es tan afortunado. Es la sombra del coltán. Y del coltan al Congo.
Muy curiosa esta entrada sobre el coltan.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Luis