Es momento pues de meterle mano al tercero, asociado al genial inglés. Y del que ya están avisados por el título, tampoco falleció un 23 de abril. Pensándolo mejor, la podría haber titulado algo así como,
¿Por qué no murieron Cervantes y Shakespeare el mismo día?
Porque lo cierto es que no lo hicieron. A pesar de la abundante bibliografía existente, que sigue empeñada en afirmarlo.Es fácil de constatar los numerosos libros que citan el hecho de que, ambos escritores, murieron el martes 23 de Abril de 1616, uno en Madrid (España) y el otro en Strafford-on-Avon (Inglaterra), respectivamente.
Es casi un lugar común biográfico, un recurrente comparativo bibliográfico siempre presente. Y sin embargo esta datación contiene un error, un doble error.
El de Cervantes, ya visto, fue un error de lectura. Y el de Shakespeare, ahora lo veremos, un error relacionado con el calendario que estaba vigente en esa época, en cada uno de los países. Resulta que no era el mismo.
Una cuestión de calendario
El país albiónico, por causas que no vienen al caso, no remplazó el Calendario Juliano por el Gregoriano hasta setiembre del año 1752, haciendo que al miércoles 2 de septiembre (juliano) le siguiera el jueves 14 de septiembre (gregoriano), de ese mismo año.
Lo que significa, para el asunto que nos trae, que la datación obituaria para el escritor albiónico del 23 de abril, era según el Calendario Juliano que, desde 1752 ya no es el oficial en Inglaterra.
Así pues Shakespeare, desde entonces, murió el martes 3 de Mayo de 1616 según el calendario gregoriano oficial. No coincidiendo por tanto con Cervantes, que lo hizo un 22 de abril; o si lo prefieren, ya de la que va, el 23 de abril.
Como pueden ver, este tercer error fue una cuestión de calendario, fruto de un baile de lunas. Un error astronómico y segundo motivo por el que no murieran el mismo día. De hecho ninguno murió ese día.
Ya hemos enrocado esta calendaria cuestión, por si quieren ampliar algo más.
Premio Cervantes 2013
No quisiera dejar esta entrada sin hacer un guiño al Cervantes de este año. Les supongo al tanto de la noticia. El pasado martes 23 de abril, el escritor, y sobre todo poeta, gaditano José Manuel Caballero Bonald recibió a los 86 años de edad, el Premio Cervantes 2013. El acto tuvo lugar en el paraninfo de la madrileña Universidad de Alcalá de Henares y lo recibió de manos del príncipe Felipe.
Del escritor sólo resaltar aquí su talante inconformista y desobediente y algunos de los motivos de su discurso de agradecimiento: la poesía del autor de El Quijote, quizás el aspecto menos valorado del escritor, y sus vínculos con la libertad.
Se lo entregó el príncipe Felipe de Borbón y Grecia, que sustituyó en el acto a su padre el rey Juan Carlos. Recordemos que es el segundo año consecutivo que lo hace.
De nuevo el monarca se encuentra convaleciente de una operación, esta vez de una doble hernia discal, a la que se sometió hace algo más de un mes. Como nos dice el cantautor, el tiempo pasa y nos vamos haciendo viejos. Usted también, majestad.
Les cuento esto porque, si el genial manco tiene una carga poética poco conocida (Caballero Bonald, dixit), su obra maestra, El Quijote, tiene una carga científica que muchos desconocen.
¿Qué ciencia se oculta entre las páginas del Quijote?
Como verán he hilado fino hilvanando temas. De la poesía a la ciencia, sin solución de continuidad. Ya tenemos enrocada una nueva entrega.PD: Consciente soy del retraso temporal de estas entradas. Un nuevo error que añadir, en esta ocasión mío, a esta confusión de fechas.
Entono un Mea culpa.
Muy interesante!
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