viernes, 21 de abril de 2017

Desmontando la palabra ‘bizarro’ (y 4)

(Continuación) Ya alguien dijo que en cierto modo, el español es un latín plagado de errores y el diccionario no hace otra cosa que recoger los que han tenido más éxito, sea cual sea la causa de ello. Claro que, diciendo lo primero y haciendo lo segundo, como en muchas de la vida se corren riesgos.
Adenda
Si bien al comienzo de esta serie les confesaba no tener conciencia clara de cuándo y por qué empecé a utilizar “bizarro” con el nuevo significado, y además compatibilizándolo con el anterior, ahora les reconozco que cuando me leí no quedé conforme y he indagado algo.
Y el resultado que he obtenido me parece, perdonen el recurso fácil, bizarro. Verán porqué les digo esto.

En general el término “bizarro” puede pertenecer a diferentes contextos y así puede ser: un personaje de historieta, una tira cómica, un subgénero cinematográfico, un álbum musical, o el apellido de un poeta y guionista español.
En particular yo les dejo con dos de esos vínculos.
Uno está relacionado con la ciencia ficción, en concreto con el mundo de los superhéroes y en particular con el personaje de ficción Bizarro, una especie de clon imperfecto de Superman. Lo dejaremos ahí por ahora.
Otro guarda relación con la música, pues el término bizarro aparece en el título del álbum, Mondo Bizarro de 1992, de la banda de punk rock Ramones. Como ven y una vez más, ciencia y arte, arte y ciencia, confluyen.
Lo que si se mira bien no es de extrañar, ya que ambas son humanidades, que es lo que hacemos los humanos.
Ignoro si están interesados en estos nexos, pero por no cansarlos y prudencia, prefiero cortar aquí, que mi tata me decía que el undécimo era no molestar. Ella siempre fue muy religiosa.
En cualquier caso si están interesados en ellos me lo hacen saber y en la medida de lo posible los enrocamos. Por cierto, me llegó hace unos días: "¿Es entonces lo mismo bizarro que bizarre?" (Continuará)



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