jueves, 20 de abril de 2017

Desmontando la palabra ‘bizarro’ (2)

(Continuación) Un nuevo sentido pues para la palabra “bizarro”, que empezó conviviendo con el antiguo, pero al que pronto ha amenazado con arrinconarlo, y que ha suscitado no pocos y enconados debates en Internet.
Buen ejemplo de lo que les digo es el hecho de que en 2014, era la segunda más buscada en la edición online del diccionario de la RAE, solo adelantada por la palabra ‘cultura’. No les digo más.
Y naturalmente, como en cualquier boda patria de sangre lorquiana, en este maridaje pronto se deslindaron los dos bandos. Del uno los conservadores, los más estáticos, los que abogan por un español lo más inmune posible a los cambios.
Del otro los más rupturistas y dinámicos, los que se decantan por la evolución natural del habla diario.
Dos posturas encontradas en las que los ortodoxos acusaban a los heterodoxos de un uso incorrecto y censurable del término, por lo que lo denunciaban en diferentes foros.
Es el caso de la Real Academia Española (RAE), el Diccionario Panhispánico de Dudas (DPD) o la misma Fundación del Español Urgente, Fundeu BBVA, que en diferentes ocasiones insistían en que el susodicho término: “no significa raro sino valiente” o que “no significa estrambótico”.
Y en esas estamos, o mejor dicho estábamos hasta hace bien poco, porque en el significado de “bizarro” algo ha cambiado.
“Bizarro” ahora significa (también) “raro”
Resulta que el uso de su nueva acepción ha terminado por imponerse, y ya son varias las autoridades académicas que, incluso, la respaldan. En su opinión el término “bizarro” también puede emplearse aludiendo a algo y con el significado de ‘extraño, raro, insólito, sorprendente’.
Y así se recoge en sus documentaciones. Por citar sólo a algunas: en el Diccionario de americanismos de las Academias de la Lengua, esta voz es utilizada principalmente en Puerto Rico, Chile y Argentina; en el Diccionario del español actual de Manuel Seco; en el de Mexicanismos de la Academia Mexicana de la Lengua, hablamos del país con mayor número de hablantes del español; o en el Diccionario de uso del español de María Moliner, donde por cierto ya en su primera edición (1966) se recogía este nuevo sentido.
De una forma u otra todos coinciden en aceptarlo, dado lo extendido que se encuentra su uso desde hace tiempo, y haberlo hecho, además, en un proceso natural de adaptación a la realidad de los hispanohablantes de todo el mundo.
Y aunque ambos significados, el de origen italiano y el de origen francés-inglés, se utilizan conjuntamente, lo cierto es que el segundo le está ganando la partida al primero. Un signo quizás de los tiempos. 
Tan de los tiempos que hasta la Fundéu, asociación de gran prestigio en las redes, ha cambiado de criterio. Como lo leen.
La Fundación del Español Urgente, Fundéu BBVA -una institución sin ánimo de lucro que desde el 2005 tiene como principal objetivo impulsar el buen uso del español en los medios de comunicación- ha dado un giro de ciento ochenta grados (180º) con respecto a este término.
Y a primeros del pasado noviembre anunciaba una revisión, acerca de lo recomendado sobre el uso de "bizarro" y su significado de "cosa extraña, rara, insólita". Por fin aceptaba ese uso extendido en el habla cotidiana, le daba carta de naturaleza, eso sí, una vez que se había hecho predominante.
Un final feliz para esta historia. Claro que otra historia distinta es la relación de la palabra en cuestión, con la academia que “limpia, fija y da esplendor”, al menos por ahora. (Continuará)



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