miércoles, 17 de agosto de 2016

Skate: deporte, capilla y grafiti (3)

(Continuación) Curiosa porque relaciona el deporte del skate con una capilla, o bien dicho, con una excapilla pues está desacralizada desde hace unas decenas de años. A pesar de ello, en la actualidad, tiene hasta nombre: Templo del Caos.

Un nombre algo llamativo y evocador, es verdad, pero no olvidemos que se trata de la “primera capilla skate del mundo”. O eso creo.

Mas comencemos por el principio, que la exposición de los hechos orden piden.

La otrora ‘capilla de Santa Bárbara’ es el único edificio que hoy día pervive de lo que fue el excelente conjunto de edificaciones -formaba parte del extenso complejo fabril de Unión Española de Explosivos (1869)-, de la antigua fábrica de explosivos Santa Bárbara, en el principado de Asturias.


Construida a comienzos del pasado siglo XX (1912) en Llaneras, a mitad de camino entre Oviedo y Gijón, estaba constituida por instalaciones industriales, viviendas, escuelas, cooperativa obrera, casino, la capilla de Santa Bárbara, etcétera.

Terminada la Guerra Civil española (1936-1939) la empresa cerró y a partir de los años 60, solo quedó en pie la capilla que daba servicio religioso a los habitantes de la zona, aunque cada vez con menor frecuencia.

Tan poca llegó a ser que fue cerrada durante decenios, terminó siendo desacralizada en la década de los noventa y fue comprada posteriormente por un particular.

En el complejo industrial a nivel nacional se fabricaba dinamita, pólvora y mecha. Tres materiales cuyo estudio y conocimiento guardan estrecha relación con la ciencia química.

Un triple nexo que ya se imaginarán no voy a dejar pasar, no puedo; bien saben lo que me gustan estas cosas.

De modo que dicho y hecho, paso a abrir un paréntesis químico.

De la dinamita
Por la química bachillera sabemos que la dinamita es un explosivo que se presenta en estado sólido, y está constituida por una mezcla homogénea de nitroglicerina y un material poroso.

A su vez la nitroglicerina es un compuesto químico proveniente de la mezcla de ácido nítrico concentrado HNO3 (cctado), ácido sulfúrico H2SO4, y glicerina C3H8O3, que responde al nombre sistemático IUPAC de 1,2,3-trinitroxipropano, siendo su fórmula molecular C3H5N3O9.

Altamente explosiva, se encuentra en estado líquido a temperatura ambiente -lo que hace muy difícil y peligrosa su manipulación-, motivo por el que se le mezcla con ciertos productos sólidos que no solo la estabilizan, sino que, al absorberla la solidifican facilitando su manejo.

Una brillante y preventiva idea que impide que detone por un indeseado movimiento brusco, golpe, vibración, etcétera, es decir por accidente. Seguridad ante todo.

Inicialmente se utilizó para ello diatomita o tierra de diatomeas, una arena constituida por dióxido de silicio (SiO2) proveniente de los fósiles de caparazones de diatomeas, unos microorganismos marinos. Con posterioridad esta tierra fue sustituida por polvo de aluminio (Al).

De la dinamita a los Premios Nobel
Ni que decirles que sustituyó de forma casi inmediata a la nitroglicerina en todo tipo de aplicaciones industriales, mineras y armamentísticas. Fue como la panacea explosiva.

La idea se le ocurrió en 1867 al químico sueco Alfred Nobel (1833-1896) y su patente le hizo rico y famoso. Muy rico y muy famoso.

Al enriquecimiento contribuyeron las numerosas aplicaciones y el extraordinario éxito comercial que el nuevo producto tuvo. (Continuará)



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