domingo, 20 de marzo de 2016

'Die Grundlage der allgemeinen Relativitätstheorie'. Annalen der Physik (1)

‘Los fundamentos de la teoría general de relatividad’, ése fue el título escogido por Albert Einstein (1879-1955) para el artículo que, la revista Annalen der Physik le publicó el día 20 de marzo de 1916.

O sea que se cumplen hoy cien (100) años.

Y lo novedoso de su contenido no era por supuesto, la Teoría de la Relatividad Especial (TRE) o Restringida de 1905, en la que Einstein ponía en duda la existencia de un tiempo y un espacio absolutos, al estilo de como los había pensado Newton, sino su aplicación de un modo general y extensivo.

Ahí radicaba la nueva genialidad del físico.

En su Teoría de la Relatividad General (TRG) nos plantea que también la gravedad -esa interacción fundamental común a toda la materia y que gobierna los movimientos de todos los cuerpos celestes y terrestres-, está sometida a la relatividad.

Y por si fuera poco o mejor dicho, dadas las fechas, para más inri, le da una vuelta de tuerca más al tornillo relativista.

Una gravedad geométrica
Desde su punto de vista, la tal gravitación no es más que una consecuencia de la deformación tetradimensional del espacio-tiempo, motivada por la presencia de la materia. No es por tanto una fuerza, entendida como interacción. No.

La relativista y geométrica visión del alemán sobre el fenómeno de la gravedad, no tiene nada que ver con la clásica y física visión del inglés. Es un cambio de mentalidad al que muy pocos pueden llegar por sus propios medios, pero que podemos medio aprehender mediante un modelo.

El modelo mecánico de la visión einsteniana nos lo ofrece la conocida imagen en la que comparamos el fenómeno de la gravedad con la deformación que origina una bola de billar colocada en una sábana tensa en posición horizontal.

Y lo que le sucedería a una canica que situáramos en cualquier lugar de la sábana tanto en reposo como en movimiento desplazándose por ella.

Sí, algo parecido a ese viejo recuerdo que muchos de los que ya peinamos canas, o no tenemos canas que peinar, guardamos de cuando pequeños.

Me refiero a esos fines de semanas que nos íbamos a acostar a la cama de nuestros padres y, antes que después, nos escurríamos hacía el hueco que, en mi caso mi padre un hombre voluminoso, creaba en el sistema físico colchón-somier, debido a su gran masa.

¿Lo recuerdan? Les hablo de unos tiempos en los que los somieres eran metálicos y bastante deformables. Pues algo parecido. Bueno no es que sea eso exactamente, claro.

Se trata sólo de un modelo mecánico, de una aproximación a la realidad y por tanto limitado. Pero la idea en esencia funciona.

Un resumen de la teoría einsteniana nos la ofreció físico teórico estadounidense John A. Wheeler (1911-2008), en su libro Geons, Black Holes, and Quantum Foam: A Life in Physics (2000) donde escribe: “El espacio-tiempo le dice a la materia cómo moverse y la materia le dice al espacio-tiempo cómo curvarse”.

Es genial.

“El espacio-tiempo le dice a la materia cómo moverse...
Una frase redonda por descriptiva y que no parece tener ángulos que abatir pero que, créanme, su comprensión y entendimiento exige tener que doblar alguna que otra esquina cognitiva.

Tengo en mente un par de ellas, que me presto a exponerles. (Continuará)



1 comentario :

Anónimo dijo...

muy oportunos los trabajos relacionados con la fecha del dia