viernes, 1 de enero de 2016

Guerra de patentes cinematográficas

Y vaya si vale por dos; por dos o por más. Vean si no.

Aunque Edison patentó el quinetoscopio en 1891, una máquina que en sus palabras podría “hacer por los ojos aquello que el fonógrafo hace por los oídos”. Una descripción literaria muy ilustrativa.

Y en 1896 hacía lo propio con una modificación del mismo, el vitascopio, en honor a la verdad hay que decir que ninguno de los dos ingenios estadounidenses se acercaron, ni de cerca, a las prestaciones del cinematógrafo francés, etimológicamente, “escritura en movimiento”.

Ya de la que va, del vitascopio decirles tan solo que, como proyector de cine, ya emitía una sucesión de imágenes sin intermitencias en una pared o pantalla, lo que permitía que fuesen vistas al mismo tiempo por una cantidad grande de público.

Y que tuvo cierto éxito económico al principio, lo que provocó un conflicto de intereses entre sus creadores. Al final la empresa del omnipresente T. A. Edison fue la que se lo quedó y patentó.

Pero el cinematógrafo era mejor. O gustó más, y ya saben que el público siempre tiene razón.

De ahí que en 1897, Edison, comenzará la llamada “guerra de patentes” contra los Lumiere, respecto a la autoría del invento de la primera máquina de cine. En fin una constante en su vida, la de Edison, siempre que hubiera prestigio y dinero de por medio.

Y aquí lo había de ambos.

De hecho los hermanos empezaron pronto a abrir salas donde exhibir sus películas y a exportar su idea a medio mundo. Para que se hagan una idea, tan solo un año después, en abril de 1896, ya las había en Londres, Bruselas y Nueva York.

A España no sólo llegó un mes después, en mayo de ese mismo año, sino que en junio ya se rodaban en Madrid y Barcelona las primeras películas para la empresa francesa. En 1897 su catálogo ya ofrecía trescientos cincuenta y ocho (358) películas.

Había nacido el cine y estaba claro que lo había hecho para quedarse.

Por si se quieren quedar unos minutos más, les ofrezco siete (7) "momentos lumieres" de una tacada, para su disfrute, son seis minutos (6 min) y treinta y cinco segundos (35 s).


Los títulos, salvo error por mi parte, son:

   Salida de los obreros de la fábrica Lumiére en Lyon; Convención de fotógrafos; Comida del bebé; El regador regado; Partida de cartas; Llegada de un tren a la estación de La Ciotat; Demolición de un muro.

¡Ah!, una aclaración última.

Estoy en condiciones de decirles que la de los hermanos franceses no fue la primera película que se filmó. Lo que plantea una incógnita.

Si esto es así, ¿cuál se considera que es la primera de la historia del cine? ¿Quién la rodó?

De pista les dejo esta imagen.




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