lunes, 19 de octubre de 2015

Elizabeth Garret y Paul Broca

(Continuación) Sin descuidar su actividad profesional en el dispensario público y consulta privada inglesas, entre marzo de 1869 y junio de 1870, Elizabeth realizó todos los exámenes. No fue nada fácil, se lo puedo asegurar.

Y para ello me quedo en un detalle. El nivel profesional del tribunal del que sólo les diré que formaba parte del mismo, nada menos que el médico, anatomista y antropólogo francés Paul Broca (1824-1880).

Sí el mismo Paul Broca que se está imaginando. El que fue niño prodigio. Se licenció a la vez en literatura, matemática y física. Ingresó en medicina con tan sólo diecisiete (17) años y se licenció tres (3) años después.

Y uno de los pocos científicos franceses de su época que admitió la hipótesis de la evolución a través del mecanismo de la selección natural entre las especies, la del naturalista inglés Charles Darwin (1809-1882).

A él se le atribuye la conocida cita: “Prefiero ser un mono transformado, que un hijo degenerado de Adán”. Toda una historia entre el hombre y el mono.

Por el Doctorado
Pero bueno, vuelvo a los exámenes del doctorado. Elizabeth los superó todos. Y el 15 de junio de 1870, leía su tesis doctoral en una facultad universitaria de prestigio.

Hasta ese momento no pocos muros había tenido que derribar, para poder entrar en esa fortaleza que, para las mujeres, era el mundo académico y profesional.

Y de la obligación de la profesión a la devoción del sentimiento. Pocos meses después se casaba.

Pero en el ínterin, Elizabeth no paraba. Ya les avisé de la mucha actividad que siempre le acompañó. Antes del doctorado ya había fundado un dispensario médico en una de las zonas más pobre de Londres.

Lo hizo justo cuando una terrible plaga de cólera (la de 1866) azotaba a Inglaterra. En dicho centro se elaboraban, incluso, los medicamentos y en él trabajaban, sobre todo, mujeres. Y lo hacían muy bien.

Tanto que su prestigio como institución sanitaria creció hasta que en 1872 se convirtió en un hospital. Pequeño, pero un hospital donde toda la plantilla: doctoras, enfermeras, boticarias, secretarias, trabajadoras sociales voluntarias, personal de limpieza, etcétera, eran mujeres.

Desarrollo profesional
Para su consecución contó con el apoyo económico y moral de Florence Nigthtingale (1820- 1910), la enfermera, escritora y estadística británica que está considerada pionera de la enfermería moderna y creadora del primer modelo conceptual de enfermería.

Durante más de veinte (20) años, Elizabeth, fue la única doctora cirujana en el hospital y la primera mujer cirujana de Gran Bretaña.

En 1874 es nombrada miembro de British Medical Association. La primera y única mujer admitida durante diecinueve (19) años, a lo largo de los cuales mantuvo una participación bastante activa.

Y eso que no era pasiva la hostilidad que le mostraban muchos de sus compañeros.

Visto con la perspectiva del tiempo, la principal aportación de Elizabeth a la historia de las mujeres, quizás haya sido la de demostrar que es posible combinar la vida intelectual y profesional con el matrimonio y la vida familiar.

Pues como hacen los hombres. Me dirán.

Pues no. Yo creo que mejor. Bastante mejor.




No hay comentarios :