sábado, 19 de septiembre de 2015

Muerte y enterramiento de Antonio Susillo (y 2)

(Continuación) Un TMT del que el psiquiatra español Juan José López Ibor (1908-1991) dijo que “es como un enajenado que lo fuera por breve tiempo”. O al que el abogado Antonio Quintano Repollés (1905-1967) lo vio como el reverso del intervalo lúcido, y es que llegó a decir que “el TMT es el intervalo no lúcido”.

Una cuestión de punto de referencia, pero un trastorno mental transitorio que tiene sus implicaciones médico-legales y jurídicas ¡Oído cocina!

El caso es que, entre unos y otros, consiguieron que las autoridades judiciales y religiosas omitieran el detalle suicida de la muerte. De hecho se consignó como causa de la muerte, ciertas heridas y hemorragias cerebrales.

Como pueden ver, en este tipo de cosas, los tiempos no han cambiado.

Y sus restos fueron a parar a la tumba número ochenta y tres (83) izquierda de la calle Virgen María, junto a la del pintor Ricardo Villegas y costeada por el cariño y la generosidad de un amigo.

Allí estuvieron hasta el actual destino bajo su Cristo, El Cristo de las Mieles.

Y de quien me comentaba hace unos días un seguidor sevillano, que volvió a escribir Antonio Burgos en su Recuadro de ABC. En concreto el pasado jueves 3 de septiembre y bajo el título de ‘Irse a las Mieles’.

Como todos los suyos, recomendable o muy recomendable.

Acerca de la causa cierta del suicidio
Bien pero, ¿qué se sabe de forma cierta de la causa del suicidio?

Pues a fuer de ser sincero les confesaré que los motivos no terminan de estar del todo claros, si bien se puede descartar, con toda seguridad, que éstos fueran los que cuenta la leyenda sobre los pies cruzados del Cristo.

Susillo no cometió ningún error al esculpirlos de forma contraria a cómo se le representa en toda la iconografía religiosa. En absoluto. La posición de los pies no es sino, la expresión de su enorme capacidad y libertad creadora.

Una independencia creativa que acompaña a casi toda su obra, y que le hizo romper con muchos de los esquemas clásicos.

Bueno, a él y a algunos de sus discípulos entre los que se encuentran los escultores sevillanos Joaquín Bilbao Martínez y Antonio Castillo Lastrucci.

Joaquín Bilbao (1864-1934), hermano del pintor Gonzalo Bilbao, es autor entre otras obras de la estatua ecuestre de San Fernando, que se encuentra en la Plaza Nueva frente al Ayuntamiento.

Por su parte, Antonio Castillo Lastrucci (1882-1967), es bien sabido que se especializó en imaginería religiosa.

De la segunda mujer
En otro orden de cosas, y hasta donde nos consta, tampoco parece que tenga carta de naturaleza la, en apariencia, nefasta influencia de su esposa como causa de su muerte.

Les hablo de la segunda pues Susillo enviudó al año de haberse casado y fallecer ella de tuberculosis.

Y sólo quince (15) años después, contrajo segundas nupcias con María Luisa Huelin, a quien las lenguas anabolenas, tachaban, no solo de ser una persona despilfarradora y manirrota, sino de menospreciar y ridiculizar a su marido incluso en público.

Una situación difícil de llevar, pero de ahí al suicidio...

Como nos dice la copla, “Sevilla tuvo que ser, con su lunita plateada,...”

Una Luna que por cierto, a las 10:59 de mañana lunes 21 de setiembre de 2015, estará en cuarto creciente.



1 comentario :

un sevillano dijo...

Me ha parecido extraordinaria información, pero ando algo perdido a la hora de seguir todas la entradas que están relacionadas ¿Por qué no funciona el buscador del blog?