martes, 25 de agosto de 2015

AC/DC Street

Una calle que, hasta donde me consta, es la primera del mundo con ese nombre.

Y aunque pueda sorprender, no está ni en Sidney (esperable), ni en Londres (natural), ni en Barcelona o Madrid, comprensible.

No, la calle se encuentra en Leganés.

En concreto en el municipio más grande de la zona sur madrileña y en una de las paredes de la plaza de toros, cubierta para más señas. Está allí desde el 22 de marzo de 2000, cuando Angus y Malcolm Young la inauguraron.

De modo que quince (15) años la contemplan.

La ‘AC/DC Street’ de Leganés, como dijo Angus durante la rueda de prensa, es la primera que tiene la mítica banda de rock en todo el mundo. Y aunque tras ella han llegado otras, en propias palabras del líder, el acto fue “uno de los mejores y más emotivos momentos de su carrera...”.

Suena bien, aunque este punto no lo tengo yo muy claro. No es que dude de la emoción que les embargó al descubrir el rótulo, Dios me libre.

Pero de ser así, se me hace raro que estando emocionados como dicen que estaban, tuvieran la presencia de ánimo suficiente como para ponerle los cuernos al alcalde, mientras se retiraba la cortina que descubría la placa con el nombre de la calle y les hacían una fotografía.

Llámenme malpensado
Pero yo, si les soy sincero, no veo la emoción por ningún lado en el hecho de ponerle los cuernos a alguien, mientras se retira la cortina que descubre una placa con tu nombre.

No. Y mucho menos si esa persona, a la que precisamente le pones la cornamenta, sea quien lo haya autorizado y, además, el alcalde de la ciudad. O sea, el máximo representante municipal.

Ni lo veo ni lo entiendo, salvo que sea cierto que no todas las emociones se expresan de la misma manera, ésta sea una de ellas y yo ande con la cortedad intelectual que me caracteriza.

En cualquier caso, sea el santo que fuera, que no se me olvide que les tengo que hablar de otros significados de las abreviaturas AC y DC, en este caso significados científicos.

Mientras, no olviden que sea el santo que fuere, ora pro nobis.




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