miércoles, 4 de marzo de 2015

Al nuevo acero (1)


Aunque les dije que abriría un paréntesis, a fin de explicar algunas de las propiedades de los materiales, tras consultarlo con la almohada he cambiado de opinión.

Tengo para mí que mejor será dejar rematado el asunto del acero, y no dejar flecos sueltos. Ya saben de mi facilidad para tender a la dispersión. Así que a hilvanar.

Les dejé con la teoría del nuevo tipo de acero de GIFT POSTECH, y empiezo con la práctica. Porque una cosa es decir y otra hacer. Y de esto último se ha hecho cargo una empresa ubicada en Pohang (Corea del Sur), de nombre Iron and Steel Company (POSCO).

Se trata de una de los mayores productores de acero del mundo y ya ha financiado otras investigaciones relacionadas con el desarrollo de esta aleación.

Por la información publicada, los ensayos de producción se harán en una de sus plantas pilotos, aunque sus investigadores nos previenen: no hay plazo para la comercialización del producto.

Producción y comercialización
La hoja de ruta trazada indica que las primeras muestras que se obtengan, lejos de ser comercializadas de forma inmediata, se emplearán como banco de pruebas para detectar esos, más que posibles contratiempos, que suelen surgir cuando se cambia de escala y se empieza a producir a nivel industrial.

Como nos dice el poeta, todo es cuestión de medida, un poco más, algo menos.

Es decir que no se esperan resultados a muy corto plazo, pero sí a corto. Hansoo Kim, coautor de esta investigación, estima que en el mejor de los casos el nuevo acero podría estar en el mercado dentro de dos (2) o tres (3) años, eso sí, siempre que las circunstancias no lo impidan.

Vamos que lo más probable es que este plazo se alargue un poco. Pero estoy convencido que la espera merecerá la pena.

No serán pocas las aplicaciones que este acero, producto de la nanotecnología, tendrá en diferentes campos: construcción de edificios, industria naval, aviación, automoción y, por supuesto, otros sistemas de transporte futuros.

Y eso que en principio, comparado con otros tipos de acero, esta nueva aleación resultará ser algo más cara que las tradicionales. Pero sólo lo será al principio. Sin duda, y como ocurre con casi todo, su precio comercial bajará, cuando se empiece a producir a gran escala.

En cualquier caso, resulta mucho más barato que otras aleaciones alternativas actuales, como por ejemplo las de titanio, Ti. De hecho cuesta la décima parte y tiene, prácticamente, la misma “ligereza”, resistencia, ductilidad, etcétera.

Creencia en un futuro esperanzador
Si lo dicho hasta aquí es el futuro próximo, casi presente, lo que se puede decir del futuro medio es casi cualquier cosa. Existe cierto consenso en admitir que, a no mucho tardar, podremos producir materiales “a la carta”. No les digo más.

Con las técnicas de fabricación existentes, y las que existirán, se podrán fabricar materiales con diferentes valores de propiedades mecánicas (dureza, elasticidad, resistencia), en función de las necesidades específicas.

De modo que dispondremos de distintas variedades de acero, según la aplicación que le queramos dar.

No será un trabajo fácil, no, pero tampoco imposible.

De forma algo más poética lo dice Kim al comparar el trabajo de su equipo con el de “un alquimista del acero que, basándose en la ciencia, intenta aumentar el valor de las aleaciones con nuevas recetas”. (Continuará)








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