jueves, 27 de noviembre de 2014

Rosetta tiene acento español (1)


Y no crea que es una exageración por mi parte.

Desde distintas parcelas científicas y técnicas, España, está implicada en esta gesta espacial y lo hace en un grado de participación que, a mí al menos, me resulta fundamental. Y es que no son pocas las instituciones, empresas y científicos que han contribuido al último éxito en la conquista del espacio.

Que como quien dice, es cabalgar por el espacio a lomos de un cometa. Una hazaña real mucho más allá de lo que hubiera imaginado la ficticia e imaginativa imaginación humana.

Una cabalgadura que dicen, nos puede enseñar algo más sobre cuáles son nuestros oscuros orígenes en el universo ¿Una aproximación a la Creación, quizás?

Casi nada era lo del ojo, que dijo uno.

Instituciones, empresas y aportaciones científico-técnicas
Entre las primeras se encuentran el Instituto de Astrofísica de Andalucía (IAA-CSIC), el Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial (INTA) y la Universidad Politécnica de Madrid. Sin lugar a duda, su participación ha sido del todo necesaria para este logro histórico, pero no suficiente.

Sin una estrecha colaboración con algunas empresas del sector, aquél no se habría logrado. Entre éstas destacar a EADS-CASA, Crisa, Sener o Thales Alenia Space España.

Y entre las aportaciones realizadas por empresas e instituciones están: la creación y desarrollo tecnológico del instrumento Osiris; el del detector de polvo y partículas del cometa, el instrumento Giada; el manejo de las cámaras que recogen las imágenes y, también, el análisis de las muestras observadas.

Como ven, la intervención española se puede encontrar a todo lo largo y ancho de la Misión Rosetta de la Agencia Espacial Europea (ESA), con participación de sus países miembros y de la NASA.

Podríamos decir que nada de ella le es ajeno. Por ejemplo el instrumento Osiris.

Instrumento Osiris
Está compuesto por dos cámaras de alta resolución y es el encargado de tomar imágenes de los asteroides, así como del núcleo del cometa 67P a lo largo de toda la misión.

A él debemos, a las cámaras Osiris, las imágenes del descenso y posterior acometizaje, tras un par de rebotes, del módulo Philae desde la nave, el pasado 12 de noviembre de 2014.

Unas imágenes fueron tomadas con la cámara de ángulo estrecho de Osiris, cuando la nave Rosetta se hallaba a quince coma cinco kilómetros (15,5 km) de la superficie del cometa.

Pues bien en la creación, posterior desarrollo y manejo de estas cámaras han participado españoles. En concreto los científicos Ángel Sanz Andrés e Isabel Pérez Grande, pertenecientes al Instituto Ignacio da Riva de la Universidad Politécnica de Madrid. Ellos han contribuido, de forma fundamental, en el sistema de toma de las imágenes.

Fundamental porque imprescindible ha sido el diseño térmico y estructural que han realizado para buena parte de los equipos involucrados en la investigación.

Suyo es el desarrollo de un sistema de enfriamiento para el módulo de plano focal y su sensor CCD, capaz de alcanzar un nivel térmico de ciento sesenta kelvin (160 K) en la escala absoluta o termodinámica; o lo que es lo mismo, de menos ciento trece grados Celsius (-113 ºC) en la escala Celsius.

En palabras de estos investigadores: “es completamente esencial para la consecución del éxito del proyecto, ya que un nivel de temperatura tan bajo es necesario para reducir el ruido eléctrico del sensor y así obtener imágenes del cometa con la precisión solicitada por los investigadores”.

Unas imágenes que en puridad “son tomadas” desde la Tierra.

Como con un mando a distancia
Porque así es como en realidad, se está controlando buena parte de la misión. Desde nuestro planeta, a quinientos once millones de kilómetros (511 000 000 km) de distancia del cometa, la nave y la sonda con sus instrumentos.

Es exactamente la distancia que deben viajar las imágenes. (Continuará)




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