miércoles, 12 de noviembre de 2014

Invento y descubrimiento, ¿son lo mismo?


Con esta pregunta me interpelaba un escuchante del programa radiofónico Cita con la Ciencia, tras oír el del pasado jueves 6, que dedicamos a la serendipia. Decía que le había gustado, pero que le había surgido esa duda.

¿Es lo mismo un invento que un descubrimiento?

Como pueden ver, es palmario que este señor no se limitó a oír el programa como él me dijo, sino que lo escuchó. Que no es lo mismo oír que escuchar y de ahí su duda.

De modo que he de procurar no dar puntada sin hilo en la respuesta. Por eso recurro, como saben que suelo hacer en estos casos, a la estantería de los diccionarios.

Una buena decisión que, en esta ocasión, no me ha servido de gran ayuda. Verán.

Para invento (del latín inventum) nos da dos acepciones: 1. m. Acción y efecto de inventar. 2. m. Cosa inventada.

Y si nos vamos a inventar, entre otras, tiene: 1. tr. Hallar o descubrir algo nuevo o no conocido.
Un mal asunto pues, si nos vamos a descubrimiento, entre otras nos encontramos con: 1. m. Hallazgo, encuentro, manifestación de lo que estaba oculto o secreto o era desconocido. 2. m. Encuentro, invención o hallazgo de una tierra o un mar no descubierto o ignorado.

Es decir que invento y descubrimiento se retroalimentan uno a otro, cuando no son tratados como si fueran sinónimos. Así que en principio, según la RAE, parece que sean lo mismo. Sin embargo...

...tengo para mí que no son sinónimos
No. Al menos así lo veo mientras escribo. No lo son. Aunque para empezar, no les niego la mayor.

Es palmario que no siempre se ve, de forma nítida, la distinción entre lo que es un descubrimiento y una invención. Suele ocurrir en muchos otros casos, ya que la separación la traza una fina línea. No obstante me mojo.

Desde mi formación científica y desarrollo profesional docente, pienso que inventar es crear algo que antes no existía; mientras que descubrir significa dar a conocer aquello que se ignoraba o encontrar aquello que estaba oculto.

Y a veces, por supuesto que la diferencia está muy clara. Por ejemplo los tesoros ocultos se descubren, no se inventan. O Cristóbal Cólon descubrió América, no la inventó.

El mismo fuego fue un descubrimiento esencial que nos ha permitido ser lo que somos como especie, pero no un invento. Y los metales, que existen desde hace millones de años, fueron descubiertos por el hombre, no los inventamos sino que los encontramos.

Como le ocurrió al sevillano Antonio de Ulloa en el primer tercio del siglo XVIII con el platino, allá en las tierras de Ecuador.

Sin embargo la rueda, la bombilla, el teléfono o la radio, parecen más bien que sean inventos y no descubrimientos.

Pero no siempre esta diferencia se ve tan fácil
No. Lo cierto es que no siempre es nítida la distinción.

Por ejemplo en el mismo campo de la ciencia, en particular el de la física, algunos historiadores son de la opinión que Isaac Newton descubrió la Ley de Gravitación Universal (1695), mientras que otros prefieren afirmar que lo que hizo fue inventarla.

Por cierto, si va de invento, ¿hizo lo propio con la historia de la manzana? ¿Realidad o ficción? Una historia manzanera de Newton, que tiene algo de intrahistoria vanidosa de Isaac. Y es que era Newton mucho Isaac.

Pero volviendo a lo que nos trae hoy. Las leyes de la naturaleza ¿se descubren o se inventan?

Yo creo tenerlo claro y no es esto último. Las leyes no se inventan sino que se descubren, definen y formulan.

Desde mi praxis no sólo lo veo así sino que, más bien, creo que la pregunta es una trampa saducea con las palabras.

En realidad me recuerda aquel chiste cuartelero en el que un sargento, dando un día la vespertina clase de teórica, decía que “aunque la fuerza de la gravedad no existiese, las cosas caerían por su propio peso”. Y se quedaba tan pancho.

¿Ven por dónde voy? Una ignorancia cierta, envuelta en una supuesta paradoja. (Continuará)




No hay comentarios :