lunes, 8 de octubre de 2012

Enroque a la Torre-05


En la vigésima segunda edición de su diccionario, la Real Academia Española de la Lengua (RAE) incluye una nueva acepción para una, ya, vieja palabra.

Me refiero a la coloquial acepción adverbial que le da al término “nada”, en la más que manida expresión “para nada”, cuando la utilizamos al negar algo de manera categórica. Con énfasis.

Viene a sustituir a la expresión “en absoluto” o “de ningún modo”, que empleamos cuando queremos dejar bien claro, que por nada del mundo sería afirmativa nuestra respuesta. Por ejemplo.

- ¿Te lo comprarías si pudieras?
- Para nada.

He de confesarles que esta expresión no me gusta como suena. Me resulta impropia, incluso cursi. Es más, la encuentro extraña y muy lejos de nuestro andaluz y económico “pa ná”.

Total, puesto a decir, queda mucho más coloquial y expresivo. Dónde va a parar.

El caso es que, lo del “para nada”, se ha convertido en una costumbre que dura ya años y está difundida por todos los grupos sociales. Desde mecánicos de taller hasta profesores de Universidad. Pasando por administrativos, estudiantes y dependientes de comercio.

Se trata de una pandemia lingüística-social.

En dos palabras
Una generalización más que considerable y, únicamente posible, gracias al papel primordial que en la difusión y aceptación del lenguaje y la moda, juegan los medios de comunicación. Ya ven por donde voy.

El caso es que siempre me han sorprendido estas nuevas expresiones de nuestra lengua, y cómo llegan a hacerse insustituibles, incluso, entre los académicos. Sí entre los académicos. Otro día les cuento.

Hoy tan solo les diré, que no deja de llamarme la atención el cómo, dónde y cuándo se producen estas modas lingüísticas, de qué factores dependen y si existe algún tipo de explicación para ellas.

Sí. No me cabe la menor duda que es mucho lo que debe de trabajar la que “fija, pule y da esplendor”. Yo mientras tanto, si en una hipotética conversación tuviera que responder, muy brevemente, a una pregunta del tipo:

- ¿Qué sensación le producen ambos, el lenguaje con sus cambios y la Academia con su labor de conservación?.

Sin dudarlo un instante, haría mía la conocida y ya clásica expresión del famoso y popular torero-conquistador-padre ubriqueño. Y lo diría como él, en dos palabras:

- Im presionante.

Para La Torre mira
Carlos Roque Sánchez 
Enroquedeciencia.es


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