lunes, 10 de septiembre de 2012

Enroque a la Torre-01

Con buen criterio profesional y mejor sentido de la oportunidad, los compañeros del informativo La Torre mira nos piden una colaboración.

En concreto una columna audio de unos tres (3) minutos de duración, que ellos incluirían en sus noticiarios de cada día. Vaya por delante que me parece una idea genial.

Por supuesto no nos ponen trabas en su contenido. Podemos hablar de lo que queramos.

Claro que ellos, de forma inteligente, nos hacen una sugerencia.

Nos invitan a que lo hagamos sobre una temática, próxima a los contenidos de nuestros propios programas. Natural.

No hay duda de que tienen claro, lo de “zapatero a tus zapatos”.

Se ve que el hecho de mirar desde la torre, les permite atisbar más lejos que los demás y distinguir las piedras del camino.

De ahí que nos adviertan de los peligros del mismo. Un aviso a navegantes que se agradece.

Comenzaba con lo del buen criterio profesional y magnífico sentido de la oportunidad, porque ya saben que no soplan buenos vientos para la emisora.

No pasamos por la mejor de las etapas radiofónicas, ni nos encontramos en un momento óptimo. Más bien todo lo contrario.

En esta ocasión, para nosotros pintan bastos. Bastos radiopoliseros. Un signo de los tiempos.

Y continuaba con que me parecía una idea genial porque, en tiempos de zozobra como éstos, la colaboración entre programas y la comunión entre sus responsables no sólo es fundamental, sino que se torna, totalmente, necesaria. Sabido es que la unidad hace la fuerza.

Por desgracia, es de temer, que estos nexos no sean suficientes.

En busca de colaboración
Y aunque se están iniciando acciones en otros frentes, hablando en diferentes tribunas y realizando movimientos en todas las direcciones que se puedan imaginar, lo cierto es que es grande, muy grande, la incertidumbre en la emisora.

Y el consejo ignaciano es claro al respecto: “En tiempos de zozobra, no hacer mudanzas”.

Tan claro, como que algo hay que hacer para que nos escuchen. Porque esa es otra. No nos basta con que nos oigan. No es lo mismo oír que escuchar.

Se parecen, pero no son iguales. La prueba está en que se puede estar oyendo sin escuchar, como el que oye llover. Alguien me dijo en cierta ocasión que se escucha queriendo y se oye sin querer.

Y nosotros queremos que nos escuchen, que nos presten atención.

Lo queremos por el mismo motivo por el que preferimos tener en nuestros programas escuchantes y no oyentes. Que dicho así, puede que parezca una contradicción pero no lo es.

El escuchar es un bien que escasea ¿Oído o escuchado?

Para La Torre mira.
Carlos Roque Sánchez.
Enroquedeciencia.es


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